23. Al infierno.

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- ¡Nadie me lo informó, como se atreven a ocultarmelo, yo soy su reina!- Menciono Alicent que enojada después de la sorpresa de ese día tenía su respectiva cena con el omega.

El Strong se tomó el arrebato de la castaña con tranquilidad y en su lugar le sirvió más del vino que descansaba en su mesa, llenando una vez más su copa.

- Fue una sorpresa para todos, ¿usted no debería de estar feliz por eso? Puede ver nuevamente a su hijo.- Larys tomo su carne de cordero y comió tranquilamente.- Una vez me lo había mencionado. Que extrañaba tener de su parte a su padre.

Alicent se sentó con sus brazos cruzados miro la comida en su plato, sin ningún apetito solo bebió de su copa. Estaba molesta y al final no la habría visitado ni mandado a llamar, ella no sería quien lo hiciera pues dentro suyo pensaba que sabría todo y que no merecía ser ni siquiera su hija.

- El lo hizo.- arrastrando un pañuelo, seco con el su boca, lo soltó a un lado de su plato y su mirada se clavo en ella.- Mando una carta que lo anunciaba.- Mintió.- Pero su majestad estaba tan indispuesta que no pude llevarle la información.

Alicent no pudo contestar a eso, su mirada bajo y tomo silencio uno que se extendió por toda la habitación. Larys quiso retomarlo acercándose hasta poder casi tocarle la mano pero sin hacerlo.

- No tiene que sentirse culpable mi reina, se sabe que su indisposición es natural. Además le viene bien que en cierta manera este aquí.

- Y-yo prefiero no justificarme.- Se disculpo mojando apenas sus labios con el vino, de una manera incómoda Larys se quedó impregnado en ellos.

- Ciertamente, no habría cosas que sea incapaz de hacer por el bien de su prevalencia en el reino.

Alicent arqueo sus cejas pensativas, como si fuera obra suya el momento resultó incómodo para ella, queriendo terminar la cena se levantó y acomodo su silla.

- Estoy agradecida con tus servicios y devoción mi lord, no creo utilizar mi poder más allá.- Respondió y antes de que el Omega respondiera llamaron a su puerta interrumpiendo o terminando su encuentro, su nodriza se disculpo.

- La princesa.- Anuncio apartándose a un lado salió discretamente pasando a un lado de la Targaryen. Larys se levantó apenas fue presentada, con una dificultad por su discapacidad, su cabeza se inclino mostrando respeto.

En cambio Alicent permaneció recta, pues su título caía debajo del suyo y en cambio ella recibió una reverencia de la nombrada, que con su mirada curiosa sus cejas se enarcaban.

- Su majestad, disculpe por interrumpir...- Buscando palabras adecuadas su mirada despectiva le fue imposible reprimir.- Esto...

- Me disculpo, majestad.- Se refirió a Alicent, que acepto la salida del Omega en voz baja. Su mirada pasó por debajo a la de Rhaenyra antes de salir, sintiéndose totalmente desechado.

Alicent apretó el respaldo de su silla con fuerza, mordiendo sus labios inhaló antes de poder voltearse y confrontar a la princesa. Rhaenyra no esperaba que le diera una explicación más si era de su entera curiosidad, no estaba allí para eso, tenía asuntos más personales que sin dejar si quiera una palabra llenar el vacío de incomodidad, ella se abalanzó hacia la reina apenas su puerta había sido cerrada.

Siendo un gran choque para la castaña, sus labios se encontraron presionados contra los del Alfa y sus manos posesivas la apegaban a su cuerpo. Alicent se separó apoyando sus manos en su hombro.

- ¡Qué haces!- exclamó alejándose de los dedos inquietos de la princesa, su pecho exasperado buscaba aire.- Larys está a la vuelta de la esquina, no puedes...hacer esto.- Señalo con su palma, dándose paso en la mesa para servir su copa.

Una Línea Delgada (Rhaenicent)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora