2. Pequeño respiro.

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Han pasado varios días desde el incidente en los aposento de la princesa y la futura reina a evitado tanto como pudiese toparse con Rhaenyra. En cambio este a contrario de la castaña a intentado con bastante insistencia en atraparla, pero sin éxito alguno.

Alicent sabía que no la podía evitar por siempre, pero las cosas surgían como un salvavidas para ella, siempre ocupada o con personas alrededor. La boda con el rey se acercaba cada vez más y por lo tanto la mantenía ocupada tantos con los preparativos como con el rey. Ya que este quería mantener una relación muy cercana con ella desde el anuncio.

Viserys se encontraba muy interesado en la omega que le daría sus futuros hijos y un posible heredero a el trono que tanto ansiaba los del consejo, desinteresados por el hecho de que ya tenían una heredera jurada. Pero gran parte del consejo prefiere seguir la antigua tradiciones de un varón heredero.

Sin considerar el hecho de que es sumamente mínimo la población de mujeres alfa, pero que para un Targaryen no lo era, las probabilidades eran altas por ser de una Naturaleza dominante, sin envargó esta vez no le era suficiente para los viejos testarudos sentados en esa mesa.

Alicent se sentía muy agotada y estresada está última semana, con sus cutículas tan dañadas que el maestre tuvo que interferir en ella vendándoselas, siendo más notorio que antes. Más por órdenes de su padre que suya propia, sin saber que él era parte de la pesadez que llevaba encima.

El hábito había empeorando desde que fue obligada a pasar rato con el rey, sintiéndose tan incómoda en sus encuentros que recaía en lastimarse por la expectativa de su padre.

El rey por otra parte a pesar de que su esposa Aemma es lo más importante en su corazón junto con su hija Rhaenyra, ha visto algo en aquella omega dulce que lo acompaña desde la muerte de su esposa. Interesando más allá de la descendencia a algo más con la Hightower, haciendo tiempo de sus deberes para pasar tiempo con ella, aparte del que pasan en sus aposentos.

A lo cual Alicent lo a tomado como otra excusa más para evitar a la princesa. Como ahora:

-¿Rhaenyra...?

La omega con sorpresa saluda a la alfa que es encontrada encaminandose hacia los aposentos de la reina.

-Buenos días princesa.

Saluda regalandole a su ahora visitante una leve sonrisa de agrado

La peli plateado llevaba su típico traje de montar escamado, ya que se la pasaba más en las nubes que en tierra firme.

Sonriendo ampliamente, junta sus manos tras de su espalda y hace una reverencia cordial:

-Su gracia... Disculpé mi interrupción, quisiera hablar con usted, ¿si tendría un pequeño tiempo?

Pregunta pasando su mirada inquisitivamente de un caballero a otro.

-¿Claro si los caballeros nos permiten...?

Jugueteando cambiando el peso de un pie a otro, espero a que los caballeros captarán la orden de su princesa y se alejaran de ambas pero esto no se movieron hasta que Alicent asintió con su cabeza, aceptando la petición de la princesa.

-¿Qué es este tema que desea discutir Rhaenyra?- pregunta levantando sus cejas curiosas.

-Yo deseo discutirlo en un lugar mucho más discreto mi lady.- responde quitándose los guantes de montar para señalar las escaleras que conducían a la recamara de la reina.

Alicent siguio sus movimientos con incertidumbre en sus ojos:

-Me temo que tendría que dejarlo para después mi princesa. Tengo una cita con mi futuro esposo en este momento.

Una Línea Delgada (Rhaenicent)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora