*Aviso* El contenido a continuación incluye escenas sexuales.
Cerca del poblado de los elfos, Gwen y Henry caminaban en silencio, al fin se les habían acabado los temas de conversación, pero no era la primera vez que algo como eso les pasaba, por lo tanto, no sentían el silencio como algo incómodo.
Al acercarse más, poco a poco fue reconocible un grupo de elfinas que jugueteaban despreocupadas entre los árboles, inocentes y sonrientes.
Gwen nunca en su vida había visto aquellos seres, era la primera vez que observaba los deslumbrantes que eran, y no pudo evitar sentirse abrumada por ello. Las elfinas eran seres delgados y pálidos, de largas cabelleras doradas y pieles claramente tersas, parecían hechas del más fino terciopelo.
Ella nunca había sido del todo insegura, pero no era tampoco muy confiada, sus padres, su tía e incluso sus abuelos constantemente le decían lo linda que era, pero ella los descartaba como verdaderos cumplidos, pues al ser su familia sentía que no eran del todo objetivos. Rudolph le daba halagos, pero nunca sobre su físico, él solía más bien enaltecer sus habilidades, pelean o en la forja.
— Vaya, son realmente hermosas... — Dijo sin poder evitar un toque de inseguridad y timidez en su voz. — ¿Cuál de ellas es la reina? — Preguntó, pues estaba segura de que la reina debía estar entre aquellas jovencitas.
Henry volteó a verla un poco incrédulo, no daba crédito a la inocencia de aquellas palabras.
— ¿Qué te hace creer que la reina está ahí? —
— Míralas, son tan bellas, mágicas y resplandecientes, una de ellas debe ser, ¿no? —
Él las observó un poco, las elfinas se encontraban jugueteando con agua de rocío, las gotas que flotaban por el aire sumado a la luz del amanecer, ciertamente las hacía brillar un poco.
— No lo sé, no las encuentro tan magnificas en realidad. —
Gwen se giró para verlo con desdén, acaso solamente decía lo que pretendía que fueran palabras de aliento para ella, o era genuinamente ciego.
— Por favor, no seas mojigato, no me molesta que admitas que otras mujeres son bellas. —
Henry entonces se detuvo, se cruzó de brazos e hizo una mueca como pensando.
— La verdad no son mi tipo, a mí me vienen mejor las pelirrojas. —
Él esperaba genuinamente quedar como el más galán con aquel comentario, y lejos de ello, la vergüenza que sintió apenas termino de hablar lo hizo voltearse de inmediato y agacharse en cuclillas para cubrir su cara.
Aquella declaración sin duda habría hecho que Gwen se sonrojara y la habría hecho reaccionar justo como él lo hizo, pero fue justamente aquello lo que lejos de hacerla abochornarse la hizo partirse de la risa, misma que llamó la atención de las elfinas.
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xxxHero
FantasyLuego de un año fuera de acción, los hermanos Arnheim pasan monótonos días en su retiro. Descansando en una cabaña en medio del bosque, son perturbados por una caravana de elfos que parecen molestos por algo. Es así como el mayor de los hermanos es...