El silencio finalmente se había apoderado de Yren, consumiéndolo por completo.
Las enseñanzas de la iglesia de los 4 grandes dioses enseñaba que una vez el alma abandonaba el cuerpo, esta era deconstruida, lo primero que se perdía era la personalidad, luego las memorias. Este proceso podía durar siglos, dependiendo de que tan fuerte fuera el ego de aquel que moría, más una vez esto concluía, tu alma pura y sin mancha, era colocada en el siclo de reencarnación, lista para nacer una vez más.
Si bien la idea de perder todo lo que le conformaba producía conflicto para Yren, el ser capaz de empezar de nuevo no sonaba tan mal.
Su vida pasada había estado llena de aburrimiento, ahora que sus memorias no estaban limitadas por su cerebro físico y era capaz de acceder a todas ellas sin hacer esfuerzo, se percató de que más del 80% de ellas eran memorias suyas masturbándose cada que tenía oportunidad. En los establos; en los baños públicos; en las posadas; en los carruajes cada que viajaban; en el campamento cada que se quedaba haciendo guardia; dentro de su saco de dormir; en el saco de dormir de los demás cuando no lo estaban viendo; en el gremio de mercenarios.
La realización de que había desperdiciado tanto tiempo de su vida autosatisfaciéndose hizo a Yren querer retorcerse de la vergüenza, aunque ya no tenía cuerpo para hacerlo.
Lo peor del asunto fue, que mientras Yren esperaba que de alguna manera la muerte le trajera paz, esto no ocurrió, de hecho, ahora que tenía oportunidad de auto contemplarse, sentía que su existencia era aún más patética de lo que pensaba en vida.
«Mira que morir apuñalado por mi primer amor.»
Se decía, pensando en lo mucho que se había guardado para que su primera vez fuera Marva.
«Quería que me la clavara, pero no así. Al final también morí virgen.»
Una lágrima metafísica rodó por su metafísico rostro.
Más, al volver a su memoria la figura de Marva, inmediatamente el tono de sus pensamientos cambió. Al final de cuentas, el culpable de que Yren pasara el 80% de su vida masturbándose en todos lados, era ese maldito.
De rostro masculino y severo, mirada amenazante, labios gruesos y carnosos, brazos tan anchos como troncos, estómago grande y suave, piernas GRRRUESAS, y ese PITOTE. Solo se lo había visto una vez cuando eran más jóvenes, pero aquello fue lo único que necesitó para obsesionarse de por vida.
La memoria le vino de repente, aquel día que su corazón fue robado por el piel verde.
Era la estación de florecimiento, por lo que hacía un calor horrible. Todos los chicos se habían reunido alrededor del río que pasaba cerca del asentamiento donde Yren vivía junto con su padre. Aquel sitio rural nunca pudo despertar el sentido de curiosidad de la joven criatura, por lo que pasaba sus días perdiéndose en cualquier cosa que no implicara ponerse a trabajar en el campo.
Fue por esto, que Yren optaba por escaparse de manera recurrente hacia los alrededores, pues pasar tiempo con los hijos del resto de colonos no le traía ningún tipo de satisfacción tampoco. Más aquel día, el calor que se sentía era demasiado, por lo que sin pensarlo mucho, Yren se adentró en una zona poco transitada del río, donde sabía que nadie estaría para molestarle.
Rápidamente, Yren procedió a precipitarse al agua cristalina. Se sumergió entonces por completo, aprovechando que el lecho del río era profundo en aquella parte, y estuvo varias horas nadando simplemente para evitar tener que lidiar con el sol de medio día. Y fue justamente mientras nadaba, que sintió que algo le golpeó en la espalda. Luego de eso, obscuridad absoluta.
Cuando despertó, se percató de que se encontraba en la orilla del río, mirando hacia el cielo. Quizás, de alguna forma, había sido arrastrado hacia tierra firme por el mismo cause. Más, al dar un rápido vistazo a su alrededor, se percató de que había alguien más cerca de ella, específicamente, arriba.
No le costó mucho atar los hilos de la historia, por lo que, dadas sus circunstancias, pudo deducir lo siguiente: Yren estaba nadando por debajo de la superficie del agua, entonces un desconocido se lanzó de cabeza al río con la mala suerte de que ambos terminaron golpeándose y perdiendo el conocimiento, luego de lo cual, ambos fueron arrastrados a la orilla de puro milagro.
Las evidencias no mentían, eso es lo que debió ocurrir. Más ahora otro problema le aquejaba, uno que por desgracia le era imposible seguir ignorando más tiempo. Pues la persona que había quedado encima, terminó con la cabeza del lado opuesto a la suya, por no decir que el extraño prácticamente tenía el trasero peligrosamente cerca del rostro de Yren.
La criatura semi-bestia se alarmó, entró en pánico, e intentó separarse, cosa que provocó que el cuerpo del extraño se deslizara hacia abajo, cosa que terminó por rebelar aquello que tenía entre las piernas.
Era hermoso, tan grueso como al menos 4 de sus dedos, cubierto por una gruesa capa de piel más obscura que el resto de su cuerpo, desprendía un aroma extraño, nada placentero, pero que, por algún motivo, le hacía sentir un cosquilleo en el estómago. Yren no tenía experiencia en este tipo de cosas, y era la primera vez que se sentía de esta manera, sin embargo, algo dentro suyo comenzó a moverse, pensando en todas las cosas que podía hacer...
Más al tener una personalidad cobarde y recatada, Yren fue capaz de mantener a raya su curiosidad, terminando por quitarse al desconocido de encima.
Fue ese día cuando la obsesión poco sana por el semi-orco comenzó. Yren lo seguía a todos lados, aceptando órdenes sin nunca llevarle la contraria, pues cuando se trataba de Marva, la personalidad de Yren se volvía más bien tímida.
De esta forma, mientras la mente vagante de Yren se llenaba de arrepentimiento por nunca haber podido declararse a su primer amor, vergüenza por haber perdido tanto tiempo presa de la paja, y excitación por estar pensando en lo mucho que le gustaría haberle mamado la verga al semi-orco cuando tuvo la oportunidad, una voz llamó directamente a la mente de la criatura.
«Me perteneces.~»
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La diosa de la lujuria me dio un pitote.
FantasyYren es una semi-bestia del clan de los lobos que un día es traicionada, muriendo. Sin embargo, es revivida como el emisario del dios de la lujuria. Historia de fantasía genérica de toda la vida. Ahh es una historia de futa x femboy que hice por abu...