En la parte más profunda de la cueva, se encontraba el soberano que se alzaba sobre todos los goblins, independientemente de su fuerza.
El rey.
Durante casi 20 años, este Rey había crecido, se había nutrido, se rodeó de los más terribles y poderosos señores goblin que pudo encontrar.
Todo en preparación para un día, dejar su vida en las montañas, y tomar un territorio para sí mismo.
Ya no sería más solo un sucio goblin.
Se levantaría junto con sus súbditos y formarían una nación para los suyos, donde las demás razas no serían más que comida o incubadoras para engendrar su próxima generación.
Pacientemente, el Rey había esperado.
Había visto como sus fuerzas crecían con cada tonto grupo de mercenarios que fallaba en exterminarlos.
Los hombres eran eliminados, comidos.
Las mujeres eran resguardadas para engendrar soldados fuertes.
Y finalmente, luego de tanto tiempo, sus planes estaban a punto de volverse realidad.
O eso pensaba.
Cuando la noticia de que un intruso se había escabullido en su nido llegó al Rey, pensó: «Algo de carne no le vendrá mal a los chicos antes de la batalla.»
Más en el instante que la cadena comunicación se rompió y dejó de recibir noticias de dicho "intruso", no pudo evitar preocuparse un poco.
La lógica le decía que no había forma que un solo intruso sería capaz de derrotar a todas sus tropas.
Eh, incluso si hubiera alguien tan fuerte como para lograrlo, aún tenía su as bajo la manga.
Aquel ser a penas y podía ser considerado un goblin. Un demonio, quizás.
Nacido de una de la maga más fuerte que habían podido capturar, la existencia de ese monstruo era una que ni siquiera el Rey era capaz de controlar, aun con toda su influencia sobre los de su misma especie.
Siempre que «Eso», estuviera de su lado; aun si todos los demás perecían, podría empezar otra vez.
De pronto, el sonido de pasos llamó la atención del Rey.
Pero, era extraño. Esos pasos no eran de goblin, sin embargo, podía escuchar claramente la voz de uno.
Acallado, como el sonido que hace uno al ahogarse por comer muy rápido.
— ¿Es aquí? —
Escuchó decir a una voz femenina, cosa que llamó la atención del Rey.
— Buen chico, aquí tienes tu recompensa. —
Un sonido desagradable y viscoso hizo eco en la caverna. Seguido por un olor. Un olor penetrante que el Rey conocía muy bien, después de todo, era el mismo aroma que desprendían las cámaras de reproducción.
En ese momento, el Rey pudo ver claramente la figura de «Eso», entrar en sus aposentos. Como siempre, iba cubierto por una capa negra que le escondía de las miradas curiosas del resto.
«Eso», caminó un par de pasos, antes de desplomarse en el suelo, cara primero. Luego de lo cual, se dio la vuelta para quedar de espaldas.
El Rey contempló entonces con horror, cómo su "as" tenía el estómago hinchado, como si estuviera a punto de dar a luz, mientras que de su boca salía lo que parecía ser una cantidad completamente ridícula de un líquido blanco y espeso. Más posiblemente, lo que perturbó de mayor manera su majestad, fue la sonrisa que su sirviente tenía, pues él jamás había mostrado atisbo alguno de siquiera ser capaz de sonreír.
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La diosa de la lujuria me dio un pitote.
FantasyYren es una semi-bestia del clan de los lobos que un día es traicionada, muriendo. Sin embargo, es revivida como el emisario del dios de la lujuria. Historia de fantasía genérica de toda la vida. Ahh es una historia de futa x femboy que hice por abu...