En alguna parte del bosque áureo, al oeste de la ciudad de Katín, el rugido de una bestia se hacía escuchar.
Aquella voz sonaba tan alto y con tanta potencia, que tanto los animales cercanos como los mismos cazadores que frecuentaban el sitio para buscar sustento, decidieron permanecer lejos. Pues para el oído educado en los ruidos del bosque, era más que claro que este sonido infernal no le pertenecía a nadie más, que a un oso de Eon.
Hace ya más de 500 años, cuando el dominio del imperio Dício se extendía desde las costas rojas en el este, hasta las praderas del interior en el oeste; un mago imperial conocido como Eon, usó su basto poder e influencia para convencer al emperador Akhem para llevar a cabo investigaciones usando magia prohibida, desarrollada en la última gran guerra heráldica. Todo esto, bajo el pretexto de buscar desarrollar un arma capaz de ayudarlos a lidiar con los constantes ataques a sus fronteras de parte de las fuerzas Vitrozkas.
Sin pensárselo mucho, el emperador decidió darle a su amigo una pequeña zona insignificante dentro de su territorio. Un bosque, demasiado difícil de atravesar a pie y con una fauna famosa por ser bastante hostil. Ahí, Eon comenzaría sus experimentos, sin saber que dentro de los próximos 10 años, los frutos de su arduo trabajo se encargarían de arrebatarle la vida, antes de volverse contra el mismo imperio que se suponía tenían que defender, y destruirlo por completo.
Eon construyó una gran variedad de monstruos en aquel bosque. Sin embargo, ninguno era tan aterrador como los osos de Eon.
"Su cuero es tan grueso como la armadura de un paladín; su pelaje es tan duro y afilado como espadas de acero; sus colmillos y garras son tan poderosos que son capaces de triturar las escamas de dragón como si fueran de papel; y si bien su tamaño es idéntico al de un oso pardo cualquiera, su fiereza y resistencia innata a la magia los vuelven un adversario imposible de derrotar."
—Sir Douglas White. Caballero Dício. Único sobreviviente de la guardia de Eon.
La naturaleza misma de las bestias es realmente un misterio. Se sabe que, de hecho, no son osos, pero, ya que su fisionomía recuerda a la de uno, el nombre se les quedó.
Como dato extra, hay un registro que data de las guerras Volkas, donde un ejército entero fue aniquilado hasta su último hombre luego de encontrarse con uno de estos osos.
Es de conocimiento general para la gente que vive cerca del territorio de estas criaturas el jamás provocarlas, pues una vez te ganas la ira de uno de estos seres, jamás dejará de darte caza hasta acabar con tu vida.
Sin embargo, para alguien que ha vivido en una colonia lejos de estas tierras durante gran parte de su vida, el distinguir un oso común de uno de estos monstruos, posiblemente sea una tarea imposible.
Quizás por eso, Yren terminó en una contienda a mano limpia con uno de estos ejemplares sin saberlo.
— Llevo...12 días sin poder hundir mi pene en ningún lado. —
La locura por abstinencia era visible en la mirada desesperada de la semi bestia.
— No me importa ya... aun si pierdo mi orgullo como persona. —
El oso jamás se había topado con una existencia que pudiera resistir tanto castigo sin derramar una sola gota de sangre. Y si bien, la criatura en frente suyo no parecía tener sed de sangre o intención alguna de herirlo, podía sentir, de manera casi instintiva, que si perdía esta batalla, terminaría perdiendo algo incluso más importante que su propia vida.
El oso se levantó en sus patas traseras y se lanzó hacia adelante, buscando aplastar a Yren de una buena vez. Más su sorpresa fue enorme al notar como sus patas eran detenidas en seco, por las pequeñas manos de la semi bestia.
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La diosa de la lujuria me dio un pitote.
FantasíaYren es una semi-bestia del clan de los lobos que un día es traicionada, muriendo. Sin embargo, es revivida como el emisario del dios de la lujuria. Historia de fantasía genérica de toda la vida. Ahh es una historia de futa x femboy que hice por abu...