CAPITULO 3

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La alegría inicial que Yren había sentido al ser revivida se había esfumado por completo. Pues si bien, su cuerpo no dolía o tenía algún tipo de achaque, se percató más bien rápido de que las cosas no eran las mismas que antes. Su cuerpo ahora era más alto, más voluptuoso, su musculatura también se había engrosado, parecía como si su cuerpo hubiera sido diseñado por un adolescente calenturiento mientras se mataba a pajas fantaseando con «mercenarias cachondas».

Y si bien esto podía ser considerado algo incómodo, lo más molesto era que ahora poseía ambos géneros ahí abajo. 

Quizás, de haber sido introducida a este nuevo cuerpo de manera diferente, lo habría aceptado más fácil, pero la verdad es que llevaba las últimas 8 horas teniendo orgasmos incontrolables que le dificultaban caminar, a lo que se le sumaba el hecho de que sus órganos masculinos eran tan enormes que eso de «Caminar normal», aun sin los constantes espasmos no era una opción. 

Durante al menos medio día, Yren se tambaleó por los pasillos de la cueva, usando sus paredes de apoyo mientras sufría entre espasmos involuntarios, los cuales, por suerte, ya se habían calmado un poco. 

Aun así, navegar a obscuras y con la mente nublada por el casi incontenible placer era difícil. Y pronto se percató de que estaba perdida. 

El día que fue traicionada, Yren y su grupo habían ido a exterminar un nido de goblins en un pueblo rural pobre. La recompensa no era muy buena, por lo que ningún grupo quería tomar la misión. En su momento pensó que el aceptarla era una muestra de amabilidad de su capitán, pero ahora veía claramente que solo buscaban una zona alejada donde el gremio no pudiera comprobar su muerte con facilidad. 

De ninguna forma sería rescatada, todo lo que podía esperar era encontrar la salida antes de que los goblins la encontraran a ella. 

Esas despreciables criaturas, no importa cuántas de ellas se encuentren en un nido, todos los miembros del clan son varones. Aun así, su compatibilidad con otras especies de humanoides es del 100%, y no importa quién sea su pareja, el resultado siempre será un goblin. 

En términos generales, son unas pequeñas basurillas pervertidas que les encanta robar gente y esclavizarla, cosa que, en su estado actual, posiblemente sería sumamente fácil de hacer con ella, o al menos eso pensaba. 

Y como si de una especie de mala broma se tratase, mientras los pensamientos de Yren se encontraban divagando en el "¿Y qué pasaría si esos pequeños bastardos me atrapan y me usan como saco de semen?", uno de ellos apareció en frente suyo, a tan solo un par de pasos. 

Tanto Yren como el goblin se miraron fijamente durante un instante que se alargó por casi un minuto entero. Por un lado, el goblin estaba confundido al encontrar una criatura tan extraña como esa tan profunda en su madriguera, mientras que Yren estaba confundida, porque no recordaba que los goblins fueran tan adorables. 

En serio, Yren recordaba a los goblins como criaturas horrendas, pequeños hombrecillos feos con barrigas hinchadas, más aquel goblin en frente suyo era ¿Lindo? Tenía un rostro agradable, ojos grandes con pestañas largas, su cabello era negro, y su cuerpo estaba bien proporcionado para su tamaño, por lo que no le causaba rechazo. Además de que tenía un trasero ENORME, de esos tan grandes que pueden verse incluso de frente, su pequeño miembro estaba medio oculto detrás de un taparrabos, pero en conjunto con el resto, lo hacían ver más atrayente incluso. 

El goblin fue quien terminó por romper el silencio, con una risa retorcida que parecía ser incapaz de controlar. ¿La causa de su carcajada? Estaba clara, esa cosa que colgaba entre las piernas de Yren. 

Esto, por algún motivo, ofendió de gran manera a la semi-bestia. 

De un momento a otro, la voz de ayuda del goblin se hizo escuchar por toda la madriguera. Así que rápidamente un grupo de alrededor de 40 soldados goblin fueron a revisar que era lo que estaba ocurriendo. 

El modo de emboscar de los goblins variaba dependiendo de que tipo de agujero fuera, si era un nido con pocos miembros, usar trampas y pasadizos era lo más normal, pero uno que tuviera numerosos integrantes, podía darse el lujo de abrumar al intruso usando solo números, como avispas. 

Así que, los soldados usaron pasadizos que solo ellos podían acceder para rodear al invasor por ambos extremos del túnel. 

Los goblins avanzaron al mismo tiempo, por lo que ambas fuerzas llegaron al mismo tiempo al punto exacto de donde venían los gritos de ayuda. 

He aquí, Yren se encontraba en el centro del túnel, sujetando el cuerpo del pequeño goblin con ambas manos, mientras penetraba de manera agresiva y frenética su lindo trasero. A pesar de la diferencia en dimensiones, el monstruoso miembro de Yren parecía entrar sin mucho problema, además de que el goblin, que ya había perdido la capacidad de hacer palabras coherentes, aun si estamos hablando del idioma goblin, parecía estar disfrutándolo. 

Tanto así, que cuando los soldados llegaron a la escena, se quedaron perplejos, solo observando la escena tan inverosímil que se estaba formando en frente de ellos. 

Yren, por su parte, no se había percatado de la presencia de los ojos extra, pues estaba muy ocupada "castigando" a la pequeña criatura con su verga. 

— ¿Con qué te da risa mi pene? ¿Qué tal ahora? No eres más que un pequeño pervertido que le encanta que jueguen con su culo. ¡Ahógate con mi semen! — 

Antiguamente, la penosa Yren jamás habría pronunciado estas palabras bajo ningún tipo de contexto, pero ahora parecían salir de manera natural. 

Fue así, que delante de la mirada atónita de los demás goblins. Yren procedió a rellenar el culo del pequeño bastardo verde con su semilla. Más, al tener un cuerpo tan diminuto, pronto, el pequeño goblin se quedó sin espacio, por llamarlo de alguna manera. Y de esta forma, la espesa semilla de Yren comenzó a buscar formas de escapar del interior ajeno, hasta que, finalmente, terminó por salir por su nariz y boca. 

El pequeño cuerpo del goblin cayó al suelo, mientras la leche especial de la semi-bestia se desbordaba por todos sus agujeros. Esto, sorpresivamente, no terminó con la vida de la criatura, quien, en medio del estupor del momento, seguía moviendo la lengua mientras sus labios dibujaban la palabra "Dame más" en goblin. 

En ese instante, Yren se percató de que tenía compañía. Su mente seguía nublada por el acto de hace poco, así que optó por ir y hacer lo que parecía ser más lógico en ese momento. 

— Veo muchos niños traviesos.~ — 

Aun estando desarmada, Yren poseía un aura aterradora que congeló a los 40 soldados en su sitio. 

— Es hora de que "Papi" les dé un castigo. — 

Los ojos de la semi-bestia se iluminaron, señal de que su cuerpo estaba siendo llenado por poder divino.                      

La diosa de la lujuria me dio un pitote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora