Capítulo 1

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Notita: Les dejo el orden de la serie Infierno, las cuales encuentras en mi perfil:

Libro 1: Infierno

Libro 2: Desliz

Libro 3: Nociva

***

—¡Hagamos un brindis! —gritó Jolie, tomando la botella de whisky que la mesera recién había traído unos minutos antes—. Hace un año cuando Jeray decidió crear su propia empresa, he de confesar que tenía muchas dudas, pero hoy en día puedo decir que me siento muy orgullosa de los logros de mi primo hermano y de todo lo que ha logrado en tan poco tiempo.

—No le atribuyas todo el éxito solo a él, que nosotros también hemos aportado bastante —se quejó un Darius risueño.

—Ustedes solo han aportado dinero, pero Jeray ha usado todo su gran cerebro y sus grandes dotes como empresario para crecer.

—Deja de alabarlo tanto mujer que se las va a creer y después nos va a pisotear como si nos tratáramos de insignificantes hormigas —le recriminó de nuevo el castaño—. Además, tú también pusiste dinero de tu herencia para que la empresa de él alzara vuelo.

El aludido escuchó a sus amigos ser tan ruidosos como de costumbre y sonrió. En ese momento tenía todo lo que deseaba y no descansaría ni un instante para hacer crecer su empresa día a día y devolverle todo el dinero que sus amigos habían invertido.

—Dejen de quejarse, señoritas —resolvió Jolie, sirviendo cuatro tragos e instándolos a ponerse de pie—. Por un imperio que solo se hará más grande con el paso de los días.

Los cuatro amigos chocaron sus copas y se las bebieron de un solo golpe, antes de que Jolie volviera a servir y siguieran bebiendo sin parar.

Todos estaban demasiado felices y ebrios como para comprender lo que estaba sucediendo. Kian encontró una chica en la barra y se enrolló con ella al instante. Jeray, como de esperarse, se mantuvo en silencio y riendo una que otra vez por lo que decía su prima y sus amigos. Y, aunque varias mujeres hermosas le coquetearon, ninguna despertó su interés.

Por otro lado, Darius estaba decidido a no dejar pasar más el tiempo. Ya no podía seguir negándose todo lo que la rubia despertaba en su interior. No solo era la química que existía entre ellos, la forma en que se coqueteaban con tanto descaro y las miradas furtivas que se dedicaban de vez en cuando y decían más de lo que estaban dispuestos a aceptar.

Jolie no solo lo seducía y lo tentaba, también lo hacia pensar en una relación más seria entre ellos. No recordaba cuándo se había enamorado de ella, pero podía dar fe de que, desde el primer día en que la vio, quedó flechado con su belleza, su forma de ser tan natural y suelta y su inusual y ácido sentido del humor.

—Joder, esto parece más un inquilinato que una celebración, peor aún, un velorio y yo no veo el muerto por ninguno lado. El único que está disfrutando y tiene ligue es Kian —Jolie resopló, descansando la cabeza en el hombro de Darius—. ¿Por qué no bailamos?

—No —zanjó Jeray sin dar tregua a objetar.

Darius rodó los ojos y le dio una mirada divertida a la chica. Aunque estaba decidido a ir por toda con ella, su mejor amigo lo frenaba. Para Jeray, Jolie era como una hermanita pequeña, alguien que debía proteger a toda costa y de todo aquel que quisiera acercarse a ella con una mala intención.

—Bailemos, entonces —Darius se puse de pie y le tendió la mano como todo un caballero—. ¿Me concederías esta pieza?

—Esta y muchas más —le guiñó un ojo coqueta y, sonriendo con picardía, dejó su mano sobre la de él y se encaminaron juntos hacia la pista de baile.

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