Capítulo 8

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—¿Qué es lo que está pasando? —inquirió la madre de Darius, con el ceño fruncido y la sorpresa cubriendo su rostro—. ¿Acaso discutieron?

—Era de esperarse que esto pasara —murmuró el padre de Jolie y, los que sí conocían la verdadera situación, suspiraron—. Es una irresponsable e inmadura.

—Necesito hablar con ella —murmuró Darius, buscando desesperadamente las llaves de su auto en los bolsillos de su pantalón—. Maldita sea.

Tanto Kian como Jeray se acercaron a él y lo tomaron de la camisa, impidiendo que fuera tras ella y todo terminara aún peor de lo que estaba saliendo. Ellos sabían que esa cena solo ocasionaría más problemas, y no se equivocaron, pues la madre de Darius exigía explicaciones, el padre de Jolie llamaba furioso a su hija y Darius solo trataba de soltarse de sus amigos para ir con ella.

Se sentía culpable de haberla besado, pero a la vez se decía que ella había sido quien había iniciado el juego. Esa mujer lo estaba enloqueciendo, aun así, era feliz de tener la más mínima cercanía con ella.

—Suéltenme —pidió.

—No —replicó Jeray y su amigo lo miró con furia—. Déjala que se calme, que piense y asimile todo. Esto es demasiado para ella y era normal que la situación la rebasara.

—Si me dejas hablar con ella, todo eso se solucionará.

—No nos digamos mentiras, muy en el fondo no quieres divorciarte. Sabes que eso es lo que te va a pedir, ¿no es así?

Darius se soltó de mala gana del agarre de sus amigos y desbloqueó el seguro de su auto. Antes de subir, le dio una mirada a su amigo mientras sus padres lo veían sin entender de lo que estaban hablando. Todo para ellos estaba bien y no entendían lo que había pasado de un segundo a otro.

—Cuando te enamores vas a entender mi egoísmo y mis deseos de tenerla a mi lado para siempre.

—Por suerte nunca me enamoraré —rebatió Jeray, esbozando una sonrisa divertida—. Ni ahora ni más adelante. El amor no hace parte de mis planes.

—No digas nunca, Le Bon, porque cuando llegue ese día, vas a entender mi sentir y me voy a divertir tanto a tu costa —subió al auto y se marchó sin más, dejando a todos los presentes en un silencio que solo fue interrumpido por los padres de Darius, exigiendo una respuesta que explicara lo que estaba pasando y no entendían.

Darius condujo hasta el apartamento de Jolie, creyendo que allí estaría, pero tan pronto llegó al lugar y se anunció con el guarda de seguridad, este le informó que la mujer no había ido desde el día anterior.

La llamó un sinfín de veces, pero solo pudo maldecir y volver a su auto en cuanto su esposa apagó el teléfono. Fue a su apartamento con la esperanza de encontrarla allí, no obstante, no había nadie más que la soledad en el lugar. Sentía que algo no andaba bien, así que, sin saber por qué, revisó el armario y su corazón se estrujó en su pecho al darse cuenta de que no estaban las maletas y ni una sola de sus prendas.

Se sentó en el borde de la cama sin apartar la mirada del armario y rio descabelladamente, hundiéndose en una pena y un desamor que lo estaba haciendo pedazos sin compasión. Sabía que no debía ilusionarse con ella, aun así, lo hizo y se atrevió a creer en que ellos tendrían una oportunidad de amarse. Aunque sabía que no sería sencillo, se imaginó vivir a su lado, ser feliz en sus brazos, amarla cuanto quisiera. Había soñado demasiado y ahora el golpe de realidad lo estaba matando con cada respiración que tomaba para serenarse.

Llamó a Jeray, sabiendo que él sería el único en darle razón de ella, y su amigo no tardó en llegar a su apartamento. Estaba tranquilo e inmutable como siempre se mostraba ante todos, así que le sería difícil darse cuenta si le mentía o en realidad le estaba hablando con la verdad.

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