Capítulo 1

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Una sucesión de eventos inesperados

Eran casi las 8 de la mañana. La brillante luz del verano llenaba la habitación principal de la casa de los Heeler. Bandit, el patriarca de la familia, se encontraba sentado en el sofá mientras en su mano sostenía una taza de café recién hecho. Le gustaba contemplar el amanecer y sumergirse en la atmósfera de la madrugada. Suspiraba cálidamente mientras tomaba sorbos de su café. De la nada oye un sonido de pasos, seguido de un gran bostezo.

-"¡Buenos días cariño! Hay una taza de té para ti en el mostrador".

Su esposa Chilli acababa de levantarse. Su pelaje castaño rojizo, que brillaba a la luz del sol que entraba por las ventanas, se encontraba algo desordenado, y tenía pesadas bolsas debajo de los ojos. Aún con ese aspecto algo desalineado, para los ojos de Bandit ella seguía viéndose perfecta.

Chilli se sentó junto a su esposo e intercambiaron un rápido beso de buenos días.

-"Buenos días, querido", pronunció apenas, lo que terminó en otro bostezo. "¿Hay alguna novedad?".

-"¿Aparte de los eventuales tragos de agua de medianoche?", preguntó con un toque de sarcasmo en su voz. Chilli puso los ojos en blanco, con una sonrisa en su rostro.

Para Bandit, sus días transcurrían típicamente en un ritmo metronómico de tranquila domesticidad. Hasta hace no mucho había recibido un ascenso. Sus responsabilidades se habían multiplicado y viajaba al extranjero con más frecuencia. Su pelaje negro azabache llevaba las marcas de innumerables aventuras y largos días en el campo. A pesar de eso, había tomado la decisión de retirarse, ya que sus esfuerzos en lugares exóticos resultaron ser demasiado para él. Otro de los motivos era la ausencia de su familia. Anhelaba los días más sencillos en los que podía estar con sus seres queridos sin el peso constante de sus responsabilidades. Por supuesto que primero le comentó a su esposa sobre su decisión y ella estuvo de acuerdo, así Chilli podría enfocarse en su trabajo de directora de seguridad en el aeropuerto mientras él se encargaría a pleno de las tareas del hogar.

Esto pareció brindarle a Bandit lo mejor de ambos mundos, permitiéndole tener tiempo suficiente para dedicarse a sus diversos pasatiempos y pasiones. El problema es que nunca era posible simplemente desconectar. Ya sea que estuviera cortando el césped, preparando la cena o acurrucándose en el sofá con Chilli, los pensamientos de sus investigaciones pasaban por su cabeza continuamente. Aunque había amado el trabajo de su vida y se sentía plenamente cómodo en su situación actual, se preguntaba si era posible pasar un solo día sin pensar en huesos.

Tras un largo rato de estar en el sofá, los dos fueron a la cocina para preparar el desayuno. Bandit escuchó el repiqueteo de unos pequeños pies que se dirigen hacia él. Se giró y vio a Bluey y Bingo corriendo por los pasillos de la casa hacia la cocina, moviendo sus colas con exuberancia juvenil.

-"¡Buenos dí...!", pronunció Bandit pero fue interrumpido cuando Bluey y Bingo corrieron hacia él y se detuvieron para abrazarlo. Chilli acarició cariñosamente a sus hijas con la mano. Todos disfrutaron el momento durante varios segundos, absorbiendo la calidez del otro. Luego, Bluey se soltó y miró a sus progenitores.

-"¡Mamá! ¡Papá! ¡Tengo que contarles sobre el sueño que tuve!", vociferó.

-"¡Oh, genial! ¡No puedo esperar a escucharlo todo!", exclamó Bandit con entusiasmo.

En el corazón de la casa de los Heeler, la rutina de la vida cotidiana se desarrollaba como una melodía familiar. Todos estaban reunidos disfrutando del desayuno. Bandit y Chilli escuchaban con entusiasmo como Bluey narraba incesantemente sobres el sueño que tuvo. Su voz, acompañada de la risa de Bingo, resonó por toda la casa. Era un cuadro sereno, hasta que dejó de serlo.

"Una rosa es una rosa" (Bandit X Wendy) (Bluey AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora