capitulo 4

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Un ruido sacó a Bandit de su sueño y abrió los ojos lentamente. La luz en su dormitorio era escasa, gris plateada, como si aún no amaneciera, aunque parecía que debería ser más tarde. Todavía no había suficiente luz en el cielo para verse a través de las cortinas, complementando el casi silencio a su alrededor. Generalmente solía levantarse temprano, pero ahora sin sus hijas, sin poder hablar con su esposa y sin planes para el día, era libre de quedarse en la cama todo el tiempo que quería. Suponiendo que aún le quedaba un rato para dormir, intentó cerrar los ojos nuevamente.


El ruido volvió a sonar, y el Heeler azul se dio la vuelta, tapándose la cabeza con la almohada. El estruendo provenía de la puerta. Alguien estaba tocando el timbre. Él estiró su brazo y buscando a tientas confundido, agarró su teléfono. Entrecerró los ojos debido al brillo. Cuando su vista se aclaró un poco, comprobó que apenas faltaban unos minutos para las 6 de la mañana. ¿Qué clase de individuo era capaz de molestar a esas horas? Apoyó la cabeza y dejó escapar un suspiro. Podía arriesgarse a seguir durmiendo y esperar que aquella persona se canse y se fuera o levantarse y atender. Él prefería lo primero, ya que no quería desperdiciar ni un minuto de su momento tranquilo, pero cuanto más tiempo permanecía allí sólo en la oscuridad, concentrándose intensamente en quién podría molestarlo, menos se caían sus párpados y menos probable era que pudiera volver a dormir.

El timbre volvió a sonar, y esta vez constantemente. Fastidiado por la interrupción, Bandit se quitó las mantas y se sentó en la cama. Se estiró, tapándose la boca mientras un suave bostezo brota de su garganta. Levantándose de la cama casi despierto, el Heeler azul refunfuñó, se puso las pantuflas y caminó hacia la entrada. Tres pasos, dos pasos, un paso a la vez, hasta que finalmente llegó a su destino, esperando descubrir la identidad de aquel individuo que interrumpía su sueño. Al abrir la puerta, se llevó una sorpresa.

-"¡Buenos días!", exclamó Wendy en un tono muy alegre.

A pesar de que solo habían pasado unas horas desde la última vez que se vieron, ella se presentó como si nada en la puerta de su vecino, vistiendo sus típicas muñequeras de color amarillo claro y su diadema que iba a juego. También cargaba una mochila ligera.

-"Buenos días, Wendy", respondió Bandit aturdido mientras bostezaba y estiraba los brazos. "¿Qué... qué haces aquí?"

La chow-chow le agradeció por lo de noche, además de comentarle que se sorprendió al despertarse y no encontrarlo en su casa. También se disculpó por haberse quedado dormida durante la película. Por su parte, el Heeler azul trataba de decirle que todo estaba bien, pero apenas lograba articular oraciones largas.

-"Alguien necesita sumergir la cabeza en un tazón de café expreso", dijo Wendy en broma.

Bandit sonrió. "Alguien está muy enérgica hoy". Ambos rieron.


-"Deberías lavarte la cara", le recomendó ella al ver su aspecto de recién levantado.

Pero Bandit no le responde, sino que murmura, en un ataque de sueño. "Mmhm...", y ni siquiera parecía que la hubiera escuchado.


La diferencia entre ellos era bastante notoria y abismal. Bandit lucía demacrado, dócil y con una mirada lánguida. Por su parte, Wendy se veía bastante pulcra, espabilada y vigorosa. Esos ojos profundos de la chow-chow querían invadir su rostro en comparación con lo imperfecto que se veía el Heeler azul.

"Una rosa es una rosa" (Bandit X Wendy) (Bluey AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora