El Canto
—“¡Au!”, chilló Judo, “¡Me duele!”
—“Quédate quieta”, ordenó Wendy, “Ya casi termino”.
La chow-chow le estaba curando la herida a su hija. Era solo una raspadura. Por el momento nada grave. Logró desinfectarla y luego vendarla cuidadosamente.
—“Listo”, dijo al finalizar. “Con suerte sanará antes de tu cumpleaños”
—“No tienes que hacerme una fiesta”, soltó para mirar a otro lado. “Papá dice que ya estoy grande para eso...”
Wendy frunció el ceño. “¡Eso es ridículo! Claro que tendrás una fiesta. Es una vez al año”.
—“Todos los cumpleaños son iguales…”, dijo en tono apagado.
El rostro angustiante de su hija le hacía sentir cohibida.
—“Cariño, escucha, no tenemos que hacer lo que dice tu padre”, indicó, “Esta vez podríamos cambiar un poco”
Judo la observó por un momento.
—“Podríamos celebrar aquí, conseguir algunos juegos e incluso puedes invitar a quien quieras”, la miró expectante, “¿Qué dices?”.
Judo suspiró para volver a mirar a otro lado. “No lo sé…”
—“Está bien…”, le hizo seña para que se detuviera, “Hagamos esto: piénsatelo por ahora, y si luego sigues creyendo que no te parece una buena idea, entonces estaré de acuerdo contigo y no haremos nada, sin discusión”, propuso, “¿Te parece bien?”
Judo asintió levemente.
—“Perfecto, ahora… ¿Quieres ir a dormir?”
Judo volvió a asentir levemente.
—“De acuerdo, entonces prepararé…”
—“¡Espera!”, interrumpió.
—“¿Qué pasa?”
—“¿Podrías…?”, se frotó la nuca con nerviosismo, “¿Podrías llamar al papá de Bluey?”.
Wendy se sorprendió ante aquel pedido. “¿Para qué?”
—“Es que…”, comenzó a jugar nerviosamente con sus pulgares, “Quisiera verlo… y… hablar con él… Por favor”
Una sonrisa comenzó a formarse en el rostro de la chow-chow. Jamás se imaginó que su hija fuera a hacerle ese tipo de peticiones. Sin embargo, tampoco le molestaba en lo absoluto.
—“Lo haré”, asintió, “Pero ten en cuenta que podría estar ocupado".
Judo asintió con una sonrisa comprensible.
MIENTRAS TANTO
El Heeler azul había terminado de presenciar la obra musical de sus hijas. Quizás lo único cuestionable era la parte del canto, además de las canciones con letras muy aleatorias y con poca coherencia, aunque de todas maneras no podía culparlas siendo ellas las creadoras. A pesar de todo, resultó ser algo entretenido.
Ya estaba anocheciendo y los tres se encontraban cenando.
—“¡Me alegra que hayas podido ver nuestra obra, papá!", exclamó Bingo.
Bandit sonrió. “No me la perdería por nada del mundo”
—“¿Por qué Wendy no pudo quedarse?", cuestionó Bluey.
ESTÁS LEYENDO
"Una rosa es una rosa" (Bandit X Wendy) (Bluey AU)
RomansaLa vida de Bandit Heeler era casi perfecta, hasta que una sucesión de eventos hace despertar algo entre el y su vecina Wendy. Esta creciente mutua atracción podría causar estragos en sus vidas.