La segunda vez
El sol de la mañana acababa de empezar a salir sobre la ciudad, indicando un nuevo día, uno en el que Bandit Heeler tenía la intención de aprovecharlo al máximo. La casa se llenaba con rayos de un extraño resplandor rosado cuando el patriarca y sus hijas se preparaban para salir.
—“De acuerdo, niñas, ¿Están listas?”, preguntó él con mucho entusiasmo.
A las cachorritas les costaba un poco de asimilar lo que tenían en frente. Podrían jurar que nunca habían visto a su progenitor tan vivaz y enérgico a muy temprana mañana. Llegaron a pensar incluso que podría tratarse de un efecto secundario del resfriado que contrajo hace dos días.
—“Papá, ¿Estás bien?”, preguntó Bluey algo extrañada.
—“¡Claro, hija! ¿Por qué no habría de estarlo?”, respondió mientras hacía estiramientos.
—“Papá, ¿Por qué nos levantamos tan temprano?”, preguntó Bingo algo somnolienta.
—“Bingo, lo dijimos ayer…”, respondió mientras terminaba un estiramiento, “Iremos a caminar junto a Wendy y Judo”
—“Sí, pero ¿Tan temprano?”, volvió a preguntar, llevándose un bostezo.
—“Entre más temprano mejor se puede aprovechar el día”, respondió alegremente.
—“¿Por eso estás tan contento? ¿Por caminar?”, sondeó Bluey.
—“Así es”, asintió Bandit. “Tengo que hacer que este cuerpo se mueva".
El Heeler azul hizo un movimiento gracioso que provocó las risas de sus hijas.
—“Pero ¿Solo iremos a caminar?”, interrogó Bluey.
—“No”, negó con la cabeza, “También iremos a desayunar, a pasear por varios lugares e incluso al parque”
Ambas se miraron entre sí. "¿El parque?”, preguntaron al mismo tiempo mientras miraban a su padre.
Bandit asintió.
—“¿Qué parque?”, volvió a interrogar Bluey.
—“Eso no lo sé”, frunció los hombros, “Wendy será la que decidirá eso”
—“¿Podemos tomar un helado después?", pidió Bluey.
—“¡Sí! ¡Por favor!”, se unió Bingo.
—“Ya veremos…”, respondió al aire.
Era bien sabido que las pequeñas no comían helado muy a menudo, y Bandit tenía una regla respecto a no consumir demasiada azúcar. Sin embargo, ya sabía que eventualmente se rendiría. La mayor parte del tiempo no podía decirle que no a sus hijas, y después de todo, quería que este fuera un día tan agradable que todos pudieran tomar aire fresco tanto como fuera posible.
Antes de salir, el Heeler azul se colocó las muñequeras de color verde claro, acompañado de la diadema que iba a juego.
—“¿De dónde sacaste eso?”, preguntó Bluey algo curiosa.
—“Wendy me las obsequió”, respondió con una sonrisa.
—“¿Wendy te obsequia cosas?”, volvió a preguntar Bluey.
—“Bueno… se podría decir que sí”, fue su contundente respuesta.
—“¿Qué más cosas te obsequió?”, sondeó, cruzándose de brazos.
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"Una rosa es una rosa" (Bandit X Wendy) (Bluey AU)
RomansaLa vida de Bandit Heeler era casi perfecta, hasta que una sucesión de eventos hace despertar algo entre el y su vecina Wendy. Esta creciente mutua atracción podría causar estragos en sus vidas.