27. I love you like I've never loved anyone before

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El sol estaba terminando de salir y la pequeña Snow ya estaba despierta, trepada en el pecho de Max, maullando por su desayuno. Al ver que el hombre no despertaba, comenzó a dar pequeños golpes a la nariz de este, despertándolo finalmente "Buenos días señorita, ya voy a darte tu desayuno". Habló el rubio mientras la pequeña gatita seguía maullando, Max se levantó de la cama, se puso una bata y fue a alimentar a la minina.

Ya habían pasado unos días luego de aquel interesante día de distintos juegos sexuales entre ambos pilotos. Ese día, era particularmente especial, pues cumplían 5 meses de haberse vuelto una pareja; así que, luego de servir el desayuno de la pequeña bola de pelos, Max preparó un desayuno especial, que constaba de un jugo de naranja, té, un omelette de champiñones, tomate y queso de cabra, acompañado de un poco de baguette y un poco de fruta picada. Luego, recibió el arreglo de dalias de distintos colores; estaba bastante emocionado, pues había hecho sus respectivas investigaciones para saber que eran la flor que representaba a México, así que sería un bonito detalle para Checo.

El joven tomó el arreglo, una cajita que tenía otro de sus regalos, un pequeño peluche de un perrito con la camiseta de Checo, el desayuno y lo puso todo en una bandeja, a excepción de la cajita y fue al cuarto, donde Checo estaba apenas despertando.

"Feliz día mijn mooie zon". Saludó Max poniendo la bandeja junto a un adormilado Checo, quien al ver la bandeja abrió ampliamente los ojos, sorprendido "Ay amor, que bonito... Y yo durmiendo como pendejo". Habló Checo tallándose los ojos, soltando unas cuantas lágrimas al ver las flores y otras más al probar su desayuno, llorando mientras comía, preocupando un poco a Verstappen "Amor, ¿Estás bien?". "Si, es que esto es muy hermoso y la comida está muy deliciosa". Respondió limpiándose las lágrimas "Ay mi vida... Ahora creo que vas a llorar más". Afirmó Max sacando la pequeña cajita y abriéndola, revelando un anillo, uno de oro, con un zafiro y una esmeralda incrustados, dejando al mexicano totalmente boquiabierto "Es un anillo de promesa, una promesa de que te voy a amar toda la vida, sin límites, ni condiciones. Te voy a amar, hoy, mañana y siempre. Amor mío". Afirmó Verstappen, poniéndole el anillo a Sergio, quien tardó en hallar las palabras para responder, pues estaba procesando todo, el regalo, las palabras de Max y sus últimas palabras en español, las cuales lo cautivaron totalmente"Cariño esto es... Esto es hermoso, gracias". Respondió el mayor "Es igual al mío, solo que el tuyo trae mi nombre y el mío el tuyo... Ah y el zafiro, es en representación uno de los colores que más me representan y el verde igual, con respecto a ti... Por nuestras banderas y eso". Explicó el rubio con ojos como de cachorro, mientras la gatita se paseaba entre ellos "Lo entiendo amor, es muy lindo, gracias". "No agradezcas, es menos de lo que mereces". Contestó Max besando suavemente la mejilla del pecoso "Bueno, ¿Puedo ir por tu regalo?". Habló Checo con una dulce sonrisa, besando el dorso de la mano del rubio "Por supuesto".

El hombre fue a una de las habitaciones de huéspedes, donde había ocultado un hermoso ramo de tulipanes, junto con un bono de regalo para ir juntos a un spa, luego volvió a la habitación, dónde Max lo esperaba con ansías.

"Ten amor, sé que no es mucho comparado a lo que tú me diste, pero, el almuerzo de hoy corre por mi cuenta". Afirmó Sergio con la cabeza algo agachada, sintiéndose menos al ver que su regalo era poco comparado al regalo que había recibido "Precioso, no quiero que compares las cosas, ¿Si?, tu regalo es más que perfecto, y cualquier cosa lo sería, por qué se que viene del corazón y eso es lo que importa". Replicó Max tomando suavemente el mentón de Checo, haciendo que conectaran miradas; el castaño se sintió algo abrumado por la emoción del momento, asi que se le abalanzó al ojiazul para abrazarlo con fuerza, deseando poder permanecer siempre allí, sintiéndose seguro y amado.

"Te amo Maxie, enserio te amo". Murmuró Checo con su rostro hundido en el cuello de Max, dejando salir algunas lágrimas "Yo también te amo, mi Chequito hermoso". Respondió el rubio un tanto embriagado por el aroma del mexicano, definitivamente ese hombre era la definición exacta de perfección. Ese abrazo duró algunos minutos, pero para ellos, fue toda una eternidad.

High Speed Lovers [Chestappen AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora