Año nuevo no fue muy diferente a la navidad. Max, aunque ya en un estado más aceptable, seguía sufriendo. Checo por otro lado, estaba rodeado de toda su familia, preparándose para recibir un año nuevo. Un poco dolido, ya que sus planes de recibir el año junto con Max se habían esfumado y a pesar de todo, muy en el fondo, realmente deseaba la presencia del rubio allí.
"Mijo, cambia esa cara por favor. Estás con tu familia, con gente que si te ama... Deja de pensar en ese muchacho". Su madre estaba algo preocupada, pero más que eso, dolida al ver a su hijo estar triste por alguien que no lo merecía.
Checo salió de sus pensamientos, sorprendido por la increíblemente acertada intuición de su madre "Lo siento ma... Es solo que no planeaba pasar año nuevo así, digo, no me quejo para nada, pero tenía otros planes... Con él. En el fondo siento como si quisiera estar con él en este momento... Además, me preocupa, hace una semana me dijeron que se encontraba muy mal".
"Ay Chequito, entiendo lo que sientes y admiro que tienes un corazón de oro. Pero el no merece tu compasión, él mismo se hizo daño, déjalo que lidie con eso, no es justo que también te encargues de él luego de lo que te hizo". Afirmó la mujer, envolviendo a su hijo en un fuerte y cálido abrazo.
"Lo sé ma... Lo sé". Contestó Sergio, sin poder evitar pensar en cómo se encontraría Max en ese momento, después de todo, lo amaba.
Max estaba en su departamento, ahora limpio y ordenado. Con la compañía de sus gatos, esperando el año nuevo.
Sentía ganas de llamar a Checo, pero se había prometido dejarlo en paz, por lo menos hasta que se volvieran a ver o hasta que él le diera alguna mínima señal de que aún había esperanza.
El reloj ya había marcado el inicio de un nuevo año en Mónaco y justo en ese momento, el teléfono de Max vibró. Era un mensaje de Sergio.
"Si no estoy mal, allí ya es año nuevo. Feliz año...".
El corazón de Max se aceleró y unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos azules, acompañadas de una pequeña sonrisa mientras respondía con un "Gracias, feliz año a ti también". Esos puntos suspensivos dejaban una gran interrogante en él. Prefiriendo pensar que quizás había una mínima posibilidad de recuperarlo.
Checo luchaba cada día por dejar de sentir cosas por Max, pero no importaba cuánto intentara, sus sentimientos seguían presentes. Intentaba distraerse con actividades familiares, salidas y fiestas con amigos, pero en los momentos de calma, su mente siempre volvía a él. No importa que tanto se embriagara o con cuántas personas bailara, luego de volver en sí, Max invadía sus pensamientos.
Max, por otro lado, se sentía solo y desanimado, fuera de su círculo de autodestrucción pero aún sin encontrar la manera de seguir adelante. Esperaba alguna señal por parte de Checo que le permitiera tener al menos una mínima esperanza de una posible reconciliación.
Checo, recibió una inesperada llamada de parte de Lewis, quien ya estaba al tanto de lo que había pasado. Así que quería asegurarse de que su amigo se encontrase bien.
"Hola Checo, ¿Como estás?". Saludó el moreno con voz alegre.
"¡Lewis, hola!, pues no muy bien, ¿Tu?". Contestó Sergio de manera sincera.
"Algo preocupado". Afirmó Hamilton cambiando el tono de voz. Por lo que Checo supo rápidamente cual era el motivo de la llamada.
Sergio suspiró, frustrado "Supongo que sabes lo que pasó...".
"Si... George me contó todo, ¿Como estás?".
"Chismoso". Musitó Checo entre dientes "Pues como dije, no muy bien. Las cosas han sido muy duras honestamente".
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High Speed Lovers [Chestappen AU]
Fanfiction¿Que pasaría si el tricampeón del mundo no fuera tan hetero como dice ser y terminara enamorándose de un precioso mexicano, que es su compañero de equipo? Las cosas solo podrán salir bien o mal, no hay punto medio...