36. You are my weakness

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Checo llegó con sus cosas en la tarde, cargando una maleta mediana y una más pequeña de mano. Max lo recibió con una sonrisa cálida, aunque nerviosa.

"Bienvenido de nuevo". Dijo Max, tratando de mantener la calma. "Puedes tomar mi cuarto. Yo puedo dormir en otro lado".

"No, no es necesario, Max". Checo rechazó amablemente la propuesta, no muy cómodo con eso.

Pero Max insistió con delicadeza, no queriendo ser invasivo pero deseando que Checo se sintiera cómodo. "Es lo mínimo que puedo hacer. Tú necesitas sentirte en casa".

Después de una breve pausa y un suspiro, Sergio aceptó. "Está bien, gracias".

El castaño acomodó sus cosas en el cuarto principal, tomando un momento para observar el espacio que solía ser su lugar especial, su nido de amor. Cada rincón le traía recuerdos; risas, conversaciones, caricias, noches sin dormir... Suspiró profundamente, sintiendo nostalgia. Consideró seriamente la opción de volver a vivir allí, pero sabía que debía establecer límites claros.

Organizó sus pensamientos antes de dirigirse al cuarto donde Max estaba instalándose "Max, necesito hablar contigo".

El rubio levantó la vista, con una mezcla de preocupación y esperanza en sus ojos. "Claro, dime".

"Mira, creo que sería bueno dar un paso más... En resumen, voy a volver aquí. Pero, bajo mis condiciones". Comenzó Checo, su voz firme pero tranquila. "Primero, debes respetar mi espacio en todo momento. Segundo, las cosas deben ir al ritmo que deban ir, sin precipitarnos. Y por último, no dormiremos juntos hasta que yo me sienta listo. Lo mismo aplica para cualquier otra cosa que solíamos hacer".

El ojiazul asintió con seriedad, comprometiéndose a cada una de las condiciones. "Lo entiendo y lo respeto, Checo. Prometo cumplir con todo lo que pides. Quiero que te sientas cómodo y seguro. ¿Te parece si envío a alguien a México para traer tus cosas? Pueden traerlas en mi jet".

Checo dudó un momento antes de aceptar. "Está bien... Gracias, Max".

De regreso en su cuarto, Checo tomó su teléfono y llamó a su madre. "Ma... He decidido volver a vivir con Max, pero bajo mis condiciones".

"¿Cuáles son esas condiciones, hijo?". Preguntó su madre con un tono de preocupación.

"Max debe respetar mi espacio siempre, las cosas deben ir al ritmo que deban ir sin precipitarnos, y no dormiremos juntos hasta que yo me sienta listo". Explicó Sergio.

Su madre suspiró aliviada. "Me alegra que hayas establecido límites claros, mijo. Solo quiero que seas feliz y estés seguro... Y recuerda que siempre tendrás las puertas abiertas aquí".

"Gracias, mamá. Estoy intentando darme la oportunidad de ser feliz nuevamente, pero a mi manera". Respondió Checo con una sonrisa.

"Eso es lo importante, hijo. Sabes que apoyo en todo lo que decidas". Dijo su madre con cariño.

Checo se sintió más tranquilo después de la conversación, confiando en que había tomado la mejor decisión para él. Sabía que las cosas serían complicadas. Pero estaba dispuesto a avanzar.

Dos días después, las demás cosas de Checo llegaron. El proceso de desempacar y acomodar sus pertenencias en su antiguo espacio llenó a ambos de una mezcla de nostalgia y esperanza. Checo recordó lo que alguna vez fue y Max se permitió soñar con lo que podría ser.

A la hora del almuerzo, compartieron una lasagna que habían pedido de un restaurante italiano que ambos amaban. La comida, como siempre, era deliciosa y acompañada de una conversación ligera. Las risas fluyeron naturalmente entre ellos, creando una atmósfera cálida.

High Speed Lovers [Chestappen AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora