Capítulo 5

595 103 47
                                    

JAEKYUNG

Conocí a Won Jongmook cuando ambos hacíamos la residencia en uno de los hospitales en Incheon. Me gustaba esa extraña simpleza con la que le restaba importancia a las cosas, nunca lo vi estresado, preocupado, o ansioso. Iba y venía por ahí como si viviera en el mejor de sus días y después de graduarnos conseguimos una plaza en dicho hospital.

—Deja eso. Lo terminas mañana— me golpeó en la cabeza. Yo todavía redactaba unos expedientes que debían quedar actualizados para el médico que iniciaría turno.

—Casi termino.

—Cerraran el restaurante al que te quiero invitar.

—Cenemos en casa— propuse sin pensar que esa noche vendría a sumarle cosas negativas a mi matrimonio.

Más tarde entramos en la casa, todavía le explicaba que seríamos observadores en una cirugía del día siguiente cuando una nube de humo nos dio la bienvenida.

—¡Señora Cha! — grité instintivamente pensando que la mujer que nos ayudaba podría estar desmayada en la cocina.

—Lo siento— Seorim estaba junto a la estufa y había varios sartenes que humeaban con lo que parecía ser pollo quemado.

Le pedí ayuda a Jongmook para que abriera todas las ventanas y saqué a Seorim de la cocina, ya más tranquilas las cosas ordenamos pizza y acabamos comiendo sentados en el suelo para usar la mesilla de la sala como comedor. Fue la presentación más fuera de lo común. Presenté a mi esposa y mejor amigo en una escena que olía a quemado.

—La señora Cha tuvo que irse, pensé que sería fácil cocinar, lo hice con un tutorial de YouTube y todo eso.

Estaba tan avergonzada que no pude evitar tomar su mano y decirle que todo estaba bien.

Ella era terrible cocinando, así que no supe por qué lo intentó. O bueno, sí lo supe. Así era ella, trataba de hacer de mi día un espacio repleto de detalles.

Fue gracias a su forma de ser que decidí tomarme el matrimonio con toda la seriedad posible, poco a poco me fui distanciando de Kim Dan, no podía, no debía permitir que aquel recuerdo afectara mi comportamiento.

Él no me recordaba, salía con alguien y yo... Yo era un hombre con esposa. Nada más por decir.

Después de todo Seorim era la persona que yo elegí. Yo la quería, la quería de verdad y no soportaba más la contrariedad que su hermano desataba dentro de mí.

Los días pasaron y se convirtieron en meses hasta que pasó el primer año de casados. Un año lleno de instantes especiales, un año en el que celebramos mes con mes que estábamos juntos.



—¿Y qué han pensado sobre tener hijos?

Mamá y sus preguntas tan inoportunas. Incluso papá lo notó.

—Cariño— intentó detenerla, algo que nunca funcionaba cuando se trataba de mi madre.

Seorim tensó los hombros y a pesar de que nunca bebía, ella tomó mi copa y se acabó el vino que tenía en ella. Pude identificar su incomodidad sin ser especialmente observador.

—Jaekyung nació cuando yo tenía 24, me parece una buena edad. Mi nieto, será un niño privilegiado.

—Mamá— me aclaré la garganta—. ¿Podemos hablar de otra cosa?

—Ay ¿Pero por qué? Es una preguntita nada más.

—Tenemos tanto trabajo que sería difícil cuidar de un niño por el momento, tal vez en un año, o dos pueda tomarme receso del trabajo. Recién he logrado establecerme en una constructora y no me gustaría perder la oportunidad de aprender.

Un par de extraños (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora