Capítulo 11

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DAN

Seorim no contestaba. Sentía los latidos del corazón en la garganta y revisaba la hora una y otra vez.

Las imágenes de la noche anterior se volvieron borrosas y ni qué decir de esa mañana desayunando juntos. Todo se había venido abajo por el simple hecho de saber sobre aquella realidad que había dejado detrás de mí, cuya existencia negaba con todas mis fuerzas.

Hacía meses que no sabía nada de Heesung desde nuestra última discusión y la noticia amarillista sobre él, sobre nosotros fue suficiente para romper con mi supuesta tranquilidad.

—Hola— la voz de mi hermana me confirmó que ella estaba ahí, que podía hablar y preguntarle, pero las palabras no me salían. Todo era pura contradicción, me creía un mal hermano, uno terrible que tenía sentimientos por el hombre con el que alguna vez estuvo casada y mi mente se llenó de esos momentos incómodos en los que ella se lamentaba por haber arruinado su matrimonio.

La abuela siempre le decía que tenía que hacer algo por recuperar a Jaekyung y que si era necesario arrastrase de rodillas ante él, debía hacerlo. Seorim siempre alegaba que su orgullo era lo único que le quedaba y cambiaba de tema, o simplemente dejaba a la abuela con la palabra en la boca.

Me mordí la uña del dedo pulgar. La culpa me abrumaba, pesaba sobre mi espalda y alimentaba mis deseos de huir a alguna parte del mundo en donde nadie pudiera saber de mí.

—¿Quién es?

—Soy yo.

—Lo sabía, guardé el número de ese lugar— dijo en tono bromista—. La abuela se fue temprano, dijo que debía pasar por el médico. Llámala esta noche.

—Quería hablar contigo.

—Soy toda oídos. Tengo seis minutos libres, así que date prisa.

—Seorim...— me faltó el aire—. ¿Has sabido algo de Heesung?

—¿Qué hay sobre lo que me pediste de no mencionarlo en nuestras llamadas?

—Olvídate de eso y dime la verdad— mi hermana suspiró al otro lado de la línea, oí el tintineo de sus llaves y se escuchó que entraba en el auto—. Ha venido a buscarte dos veces. Le dije que no tengo idea de dónde te metiste y sabe que miento. Dijo que encontraría la manera de llegar a ti.

—Siempre hace lo que se le da la gana.

—Es un buen tipo Dan ¿Se puede saber qué fue lo que hizo para que decidieras terminar?

—Es algo entre él y yo ¿Qué más te dijo?

—Nada. Eso fue todo ¿Qué es lo que se traen?

—Hace lo de siempre, trata de manipular mis sentimientos. Manipula la situación, guarda las apariencias.

—Creo que te quiere.

—¡No es verdad! — grité atrayendo la atención de las personas que entraban a la tienda. Sentí mis manos temblorosas y respiré profundo—. Te diga lo que te diga, no puedes decirle dónde me encuentro ¿Está claro?

—Sí, sí.

—Promételo Seorim. Promete que no vas a decirle nada, nunca te he pedido ayuda. Ahora te la pido, necesito a Heesung fuera de mi vida.

—No entiendo nada, pero lo prometo.



Conocí a Choi Heesung en la cafetería cerca de la preparatoria en la que daba clases.

No pasaba desapercibido para nadie, porque su sola presencia parecía iluminar el lugar. Era un mesero que varias veces me llevó a la mesa un café frío y sin azúcar, se disculpaba diciendo que traería uno mejor y las primeras ocasiones no me di cuenta que era una boba manera de coquetear conmigo.

Un par de extraños (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora