Capítulo 9

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DAN

La curiosidad me dominaba, no era capaz de mantenerme quieto. Aprovechaba cada segundo para mirar por todas partes, trataba de darle un significado al color de las paredes o de encontrarle sentido al desorden de libros y apuntes que Jaekyung puso en el sofá cuando desocupó la mesa para pedirme que me sentara en la mesa.

Le dije que podía ayudar en la cocina, él se negó rotundamente y dijo que no tardaría.

Todo era tan bonito. Era una casa enorme, limpia, ordenada, con una decoración acogedora que me tranquilizaba y me hacía sonreír.

Quería dejar la mesa y correr por el pasillo para ver las habitaciones del fondo, quería acercarme a esas plantas y comprobar si eran artificiales o de verdad.

Me encantaba el detalle en las luces del techo, los cuadros artísticos que decoraban la pared de la sala y el acabado de la chimenea. Era una casa de ensueño y no podía hacerme a la idea de que me había dejado entrar.

Era yo un entrometido con suerte, de eso no tenía dudas.

Me llevé una mano al pecho, sólo para comprobar que el corazón me latía tan rápido que me preocupaba caer desmayado, o que me faltara el aire.

—Es algo simple. Espero que tenga buen sabor, no soy muy bueno con esto— me paralicé una vez tuve el plato frente a mí. Era tan bonito con los colores de esas verduras y los rollos de huevo. Olía bien y todavía humeaba.

Las mejillas se me sonrojaron. Jaekyung se acomodó a mi lado y sentí que todo mi cuerpo entraba en un estado de alarma permanente. La sola idea de que nuestros codos se tocaran me hacía enloquecer y no estaba seguro de ser capaz de mantener la situación bajo control.

Era tan guapo que no me bastaba con mirarlo. Tenía ganas de extender la mano y tocar su rostro hasta acariciar sus pestañas con las puntas de los dedos y rozar sus labios con...

—¿Pasa algo? —debió sentir el peso de mi mirada.

—¡No! — dije tan rápido que sonó absurdo. Di un primer bocado y me imaginé a mí mismo flotando por el techo. Estaba delicioso, era glorioso.

—Deberíamos ir más rápido con el desayuno. Casi es hora de ir a la clínica.

—Tienes razón— dije con la boca llena y me metí dos rollos de huevo al mismo tiempo.

Vi que Jaekyung cubría su boca para burlarse de mí. La intimidad me hacía entorpecer y le di un codazo.

—¿Qué? Dijiste que lo hiciera rápido— luchaba por masticar lo más posible para no atragantarme.

—No me refería a llenarnos la boca de comida. Come normal, sigue tu propio ritmo.

—Como sea— el corazón me latió tan rápido que casi sin darme cuenta hacia pequeños movimientos para apartar mi silla de la de él.

Demasiado cerca, demasiado peligroso. Me preocupaba que el hecho de que Jaekyung alguna vez me hubiera gustado acabara siendo un obstáculo para llevarme bien con él. No podía, no debía ponerme en evidencia y debía volverme más reflexivo a cada segundo a su lado. Tenía miedo de arruinar los progresos. Pero miles de cosas me llenaban la mente y sentía que de no decirlas explotaría.

Quería estar bien con él, recuperar lo que alguna vez fuimos.

—Jaekyung— comencé. Valor, confianza, simpleza. Me dije lleno de convicción. Aparté el plato vacío y lo miré encogiéndome de hombros—. Si en algún momento pensaste que yo estaba al tanto de lo que mi hermana hacía y que fui algo así como su coartada, o su cómplice. Quiero dejarte en claro que no tenía idea. Yo te juro que...

Un par de extraños (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora