Capítulo 10

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JAEKYUNG

Pensaba en él y en la sonrisa de cada mañana. En la forma en que había acortado la distancia poniéndose de puntitas para poder besarme y en el sonrojo que pintó la piel de su rostro mientras se disculpaba. En sus labios. Labios cálidos que rozaron los míos de manera tan torpe. En el temblor de sus manos y en el estremecimiento de su cuerpo entre mis brazos cuando le sostuve con fuerza y me deje llevar por el deseo que no conseguí mantener oculto como debería haberlo hecho.

Entré en la ducha tan pronto se fue. Deslicé la mano por mi propio cuerpo, dejé atrás el ombligo y llegué más abajo.

Me toqué. Me acaricié.

Casi podía sentir otra vez como si mi lengua se colara entre sus labios mientras me abandonaba hasta que el rastro del placer se fue por el desagüe. Estaba tan excitado, mi cuerpo chocó con el suyo y supe que no habría marcha atrás, no sería capaz de detenerme si continuaba besándolo, tocándolo y estrechándolo cerca de mí.

Tomé aire todavía bajo el chorro de agua y cerré el grifo cuando me obligué a soportar mi propia tortura.

Salí envuelto en una toalla, me tiré sobre la cama y volví a pensar en él.

Había sido un error. Un error por qué no tenía palabras para explicarle lo que sentía.

Me incomodaba la posibilidad de contar mi propia historia y de cómo había terminado admitiendo que él me gustaba más de lo que me hubiera gustado cualquier persona en toda mi vida, incluida su hermana.

¿Y si pensaba que era un hijo de puta por haberme casado con ella pese a que no la amaba lo suficiente?

¿Y si sentía asco al saber que mi corazón latía como un loco durante todas esas veces que estuvimos juntos?

¿Y si tenía demasiadas preguntas para mí y yo no era capaz de responderlas?

Imposible. No podría con aquello.

Me toqué los labios una vez más, reavivé mis deseos por ir a buscarlo y hablar con él.

Yo le gustaba, y ya no tenía dudas de eso.

Lo vi frente a mí. Él dio el primer paso al besarme sin saber que activaría todos los interruptores de mi cuerpo ¿Cómo podría haber puesto freno a lo que más ansiaba hacer?

¡Lo sabía! Sabía que mi primer plan de no hablar con él y mantener la distancia, era lo único que nos podría haber puesto a salvo.



—Hola— nos encontramos en la puerta de la clínica después de no habernos visto en cuatro días.

Dan había sido cauteloso y se había ido temprano para no encontrarse conmigo. Por eso me sorprendió ver que todavía estaba ahí.

—Hola— respondí y pasé a su lado.

Yoon Gu llegó justo después de mí. Él y Dan se miraron y entraron juntos a los vestidores.

—Yoon Gu. Dejé listo el registro de medicamentos caducados, deshazte del resto— oí su voz, le di sentido a su presencia y supe que debía ponerse de acuerdo con Yoon Gu sobre trabajo.

Me acerqué a la pared de los vestidores y pensé en darme un poco de tiempo para tomar aire y hablar con él. No, no podía, todavía no sabía qué decirle.

—¿Por qué luces tan cansado? — pensé lo mismo. Dan lucía extraño.

—La verdad es que ha comenzado a hacer frío en este lugar.

Un par de extraños (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora