10. this way

2.4K 150 16
                                    



📍Bahrein

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

📍Bahrein

No recuerdo cuando fue la ultima vez que dormí tantas horas. Lo ultimo que recuerdo era a Joris hablando sobre algún tema de las carreras en las que compite Charles. Cerré los ojos un segundo, según yo, pero en realidad no los volví a abrir hasta seis horas después. Un toque suave en mi hombro me sacó del sueño profundo en el que había caído. Estábamos finalmente en Bahrein.

—Oigan, tórtolos, despierten que ya llegamos —aún somnolienta, identifico la voz de Giuseppe—. Estaban dormidos como para una foto.

Abro los ojos, mi vista se siente un poco sensible ante la fuerte luz ámbar que había dentro del avión. Intento estirarme un poco, pero entonces siento un brazo encima de mí. Mi mirada viaja por aquella parte del cuerpo, y por las pulseras y las venas marcadas en las manos, sé que se puede tratar solo de una persona: Charles.

Siento su cuerpo removerse debajo del mío, al mismo tiempo que percibo como mi pulso se dispara y el corazón me comienza a latir con una rapidez anormal. La vergüenza me invade, y según por aquel pequeño momento que duró micro segundos, en el cual pude mirar al monegasco directamente a los ojos, él también se había avergonzado por nuestra escena un poco comprometedora.

—No quisimos despertarlos, se veían muy cómodos el uno con el otro —comentó Marta, con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Ya podemos bajar? —pregunto, en un intento de evitar que el momento se prolongue.

—Si, hemos aterrizado ya.

—Perfecto.

Abandono el asiento en donde me la he pasado toda la noche prácticamente. Doy la vuelta, poniendo mis ojos en cualquier otro lado menos en los ojos de Charles.

Saco mis cosas de la parte superior. Giuseppe me ayuda con una de las dos maletas de mano que traía, y le agradezco con una sonrisa de labios cerrados. Estaba avergonzada con todos, no solo con el hombre de quien había usado su cuerpo como almohada frente a todos sus amigos.

Cunado todos tenemos nuestras pertenencias listas, salimos del avión. Hay personas esperando ayudarnos y guiarnos. Era de noche en Bahrein, habíamos salido a las 6 de la mañana de Italia, cuando estaba amaneciendo y hemos llegado al destino pasada la media noche. Necesitaba descansar en una cama real, no en el abdomen de Charles Leclerc.

—Bienvenidos, es de nuestro agrado recibirlos en nuestro país —un hombre de unos aproximadamente, 50 años nos habló al momento en que pusimos un pie en el aeropuerto de Manama. Estaba comunicándose con nosotros en inglés —. En la parte posterior del aeropuerto encontrarán sus movilidades privadas que los llevaran a sus respectivos hoteles.

—Muchas gracias. —es Charles el primero en agradecer. En realidad, creo que todos éramos conscientes de que todo esto se debía a él.

—Espero que tengamos podio en esta carrera —el mismo hombre, le comenta. A Charles no lo toma por sorpresa, al contrario, esboza una sonrisa que marca sus hoyuelos y asiente con la cabeza —Confiamos en ti, Charles. Forza Ferrari.

𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora