𝘈𝘕𝘖𝘛𝘏𝘌𝘙 𝘓𝘖𝘝𝘌 ;
𝘁𝗼𝗱𝗮𝘀 𝗺𝗶𝘀 𝗹𝗮𝗴𝗿𝗶𝗺𝗮𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗲 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝗮𝗺𝗼𝗿.
Una historia de dos almas que se encontraron, se conocieron, y conectaron, pero cuando una de ellas estaba preparada para entregarse, la...
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CAPITOLO DICIOTTO capítulo dieciocho
Hemos estado casi tres días en Tailandia, y con cada hora que pasa solo puedo convencerme de que no quiero irme. Lamentablemente, el momento de partir ha llegado. Hoy era nuestro último día antes de volar hacia Australia donde sería la siguiente carrera de Charles.
Tanto Steph como yo habíamos comenzado a armar maletas.
¿Pueden creer que después de dos días ella sigue hablando sobre lo que paso entre Charles, yo y nuestro pequeño amigo primate?
—Es que fue, digno de película romántica. —vuelve a exclamar, emocionada.
—Steph, supéralo. Solo le caímos bien al animal, y ya. —termino de doblar una de las últimas prendas que me quedaban pendiente, mientras trato de hacerla regresar a la tierra.
—Se que quieres fingir estar escéptica porque no quieres enamorarte, pero ese mono, no mentira. ¡Está escrito en la leyenda!
—Basta, te lo pido. —río, por sus muecas.
—Se que en el fondo estas saltando en un pie.
—No es cierto. —miento.
Ella iba a replicar, pero se escucharon ligeros toques en nuestra puerta. Compartimos mirada, y como yo estaba más cerca, me acerqué para abrir.
Una vez lo hice, pude ver que detrás de la puerta se encontraba Charles.
Como ya era costumbre, sentí una ligera inquietud en el pecho. Era como una subida y bajada de presión automática.
—Hola.
—Hola.
—¿Estas ocupada? —consulta, mirando discretamente hacia dentro. Donde Steph levanta la mano y lo saluda con una sonrisa —Hola Steph.
—Hola Charles. ¿Necesitan hablar? Yo estaba por irme a pedir un refresco. —se acerca a la entrada, asegurando algo que probablemente era totalmente falso. —Bueno sus caras me lo dijeron todo, me voy. —sin dejarme detenerla, pasa por nuestro lado y desaparece en el pasadizo.
Me quedo de pie unos segundos, pensando en que he sido traicionada por mi mejor amiga. Pero termino moviéndome hacia un lado para dejar que Charles pasase.
—¿Te falta mucho con las maletas?
—No en realidad. No desempaque todo cuando llegamos, así que, solo me queda guardar lo que usé. —le indico, él asiente lentamente con la cabeza.
