𝘈𝘕𝘖𝘛𝘏𝘌𝘙 𝘓𝘖𝘝𝘌 ;
𝘁𝗼𝗱𝗮𝘀 𝗺𝗶𝘀 𝗹𝗮𝗴𝗿𝗶𝗺𝗮𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝗵𝗲 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝗮𝗺𝗼𝗿.
Una historia de dos almas que se encontraron, se conocieron, y conectaron, pero cuando una de ellas estaba preparada para entregarse, la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPITOLO DODICI capítulo doce
Jamás había estado tan insegura en mi vida como ahora mismo.
He estado yendo de un lado para el otro, cambiándome de atuendo unas diez veces sin sentirme convencida de cual me queda mejor y cual va mejor con la situación.
Charles esta fuera, ha estado listo desde hace dos horas creo. Que fácil es para él, carajo. Yo quisiera solo ponerme algo encima y verme bien. En cambio, estoy aquí con una crisis increíble y considerando cancelar todo.
-Tranquila, Alessa. Es solo una cena.
Me termino decidiendo, en un intento de convencerme.
Me quito el conjunto que tenía puesto, y me pruebo el último vestido en mi lista de posibles. Era negro, largo y ceñido al cuerpo. Cuando estoy vestida de nuevo, tomo un respiro hondo y me acerco al espejo del baño, con el temor de llevarme otra desilusión, pero caigo en cuenta, de que me veía espectacular.
No puedo evitar soltar una risa de la emoción y por la bajada de tensión.
Me veía bien, demasiado bien, a decir verdad. Son tan pocas las veces en las que me siento así, que ahora mismo, tenía una sensación tan nueva y satisfactoria en el pecho.
-Alessandra, llegaremos tarde a la reservación.
La voz de Charles desde la habitación, es un llamado de atención para apresurarme.
-¡Perdón, ya salgo! -le aviso.
Ahora si me doy prisa. Me coloco los zapatos (de taco medio), termino con el maquillaje y me coloco algunos de los pocos accesorios que había traído. Pongo algo de brillo en mi cabello, y el perfume al final.
Última revisión... Todo bien.
Pero, aunque yo en este preciso momento me sienta más que bien con mi apariencia, un temblor en todo mi cuerpo aparecía solo de pensar que Charles sería quien me viera dentro de unos segundos.
Entré en pánico y dudé por casi cinco minutos para salir.
¿Y si mis ojos me están engañando y no me veo tan bien como creo? Dios mío.
-Alessandra...
Oh senhor.
-¡Ya estoy lista!
Busco llenarme de valentía y el momento de girar el picaporte, pasa en segundos tan lentos que siento que jamás se abrirá esa puerta. Pero lo hace. Y cuando eso pasa, quedo de pie frente a mi cita de la noche.
Charles levanta la mirada de su celular, y cuando sus ojos se posan en mi, su expresión cambia por completo. Pero no sé cómo interpretarlo. No sé si es un asombro bueno, un asombro normal, o un asombro de "nadie se va a creer que salgo contigo".
