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Capítulo 28:

—Entonces ¿qué vamos a hacer? —preguntó Taehyung viendo a las dos manadas reunidas en la oscuridad de los territorios de Yoongi.

—Saldremos a correr, solíamos hacerlo de seguido cuando éramos jóvenes. Era divertido —dijo Hoseok con una sonrisa—. Y creo que lo seguirá siendo porque estamos todos juntos, y si tienes mucha suerte, cazaré algo para ti.

Taehyung sonrió con ternura, Hoseok era muy lindo con él. Desde que supieron que eran mates decidieron no forzar nada en su relación, moviéndose a su propio ritmo. Pasaban la mayor parte de su tiempo libre juntos y solían hablar de muchas cosas; a veces tristes, a veces felices. Otras veces simplemente hablaban tonterías para pasar el rato, eso les gustaba.

Y como ya sabían que ese sentimiento de plenitud jamás se esfumaría, pensaron en postergar la celebración de su unión cuando todo volviese a la normalidad.

Yoongi y Namjoon no podían estar más que felices por su amigo, Hoseok era alguien que merecía todo su peso en oro y, aunque al principio tenían sus dudas al respecto, sabían que Taehyung haría un muy buen trabajo con él y que no había nadie en toda la fas de la tierra que pudiera cuidarlo mejor que él.

En cuanto a Jimin, él no tenía queja alguna. El lobo fue uno de los primeros en dar la cara por él y por Taehyung, por lo que eso ya decía mucho y aunque fuese un hermano protector, confiaba plenamente en Hoseok para mantenerlo a salvo y feliz.

Claro que, si hay una parte buena en la historia siempre tiene que haber una mala también, y esa era Yang Mi, cuyo sentido común brillaba por su ausencia al no querer comprender que Hoseok jamás estaría con ella, y quien los observaba a la distancia junto a su hermana, sus ojos tenían un brillo peligroso que presagiaba nada bueno.

—Me pregunto si seguirán tan lentos como siempre —rió juguetón Yugyeom—. Si no mal lo recuerdo, la última vez que corrimos fui el más veloz ¿tú que crees Jinki hyung?

El lobo perteneciente a la manada del este sonrió con dulzura, no obstante, todos estarían cometiendo un terrible error si creían que no había caído ante aquella sutil provocación.

—¿Quieres comprobarlo niño? Pero te advierto que podría hacerte suplicar por piedad.

—Yo jamás suplico, hyung.

—Eso está por verse.

—Okey, okey, mucha testosterona por aquí. —Intervino Soyou metiéndose en el medio, viendo a ambos lobos en hito en hito—. Aunque, todos sabemos que los del este somos mejores.

La bulla que siguió a semejante declaración fue terrible, aunque claro, toda aquella provocación se llevaba a cabo en un ambiente amistoso donde los únicos que se mantenían al margen eran los alfas.

—Míralos, siguen siendo unos cachorros —rió Seung Hyun apoyado en un árbol con sus brazos cruzados. Una sonrisa adornaba su cara contagiado por el buen ambiente que se había formado. Yoongi asintió estando totalmente de acuerdo. Sus deltas podían ser los mejores cazadores y rastreadores de todo el ala oeste, sin embargo, cuando no estaban en su papel, solo eran una manada de cachorros atrapados en cuerpos de adultos—. Yoongi, no importa lo que pase en este encuentro, daré hasta mi último aliento para protegerlos. A todos ellos. —continuó—. Son nuestras familias, y quien intente meterse con ellos, que los dioses los amparen porque no me voy a detener hasta destruirlos a todos.

Yoongi coincidió con él, cualquiera que se metiera con los suyos, no viviría para contarlo.

Todo marchaba bien, las dos manadas iban y venían en carreras y juegos amistosos que incluían en ellos a los hermanos zorros, quienes eran los más escurridizos, y a Soyou que tenía la ventaja de estar en el aire.

🍂You're my mate🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora