En dónde dos hermanos Zorros llegan a una reserva de lobos a ponerlo todo patas para arriba. O en dónde un machote y su compañero de vida tendrán que aprender a convivir sin morir en el intento.
El amanecer del día siguiente llegó con los tímidos rayos del sol asomándose entre las altas montañas mientras que la brisa invernal acariciaba cada rincón del extenso paraje, ya no nevaba, sin embargo, todavía quedaba mucho blanco decorando por aquí y por allá.
Eran los alfas quienes desde muy temprano apreciaban tales vistas con una mirada diferente a la acostumbrada.
—Todo está tan calmo que parece mentira que pronto todo este blanco va a llenarse de rojo —habló Seung con la vista perdida en el horizonte.
—La calma antes de la tormenta —contestó Yoongi con su semblante imperturbable, pues mantener la calma era vital para la victoria que esperaba tener.
Un buen consejo que había recibido hacía años atrás por parte del padre de Hoseok fue que; "Una mente inquieta está condenada al fracaso, una mente firme y con las ideas claras, está destinada a triunfar", y él, como el alfa sabio que pretendía ser, se aferraría a ese consejo con sus garras y colmillos, porque sabía que TaeSung fue uno de los hombres más sabios que había tenido el privilegio de conocer, y honraría su memoria tomando sus consejos como palabra santa.
En un momento de silenciosa reflexión, Seung desvió su mirada a Yoongi.
—¿Qué era eso que tenías que decirme? —preguntó sentándose junto a él en una enorme raíz que sobresalía del suelo y de la nieve.
Yoongi no respondió de inmediato, permaneció callado analizando sus siguientes palabras en su cabeza antes de expresarlas de manera verbal.
—Jimin y Taehyung descubrieron que Young Mi dio con la manada omega y le ha estado brindando información.
—¿Young Mi? —preguntó Seung con su entrecejo fruncido—. ¿No es ella la hermana de la loba que Hoseok ejecutó?
—Sí, es ella. —Yoongi lo confirmó con un suspiro.
Young Mi podría haber sido un problema desde siempre, una mujer irritable que no conocía sus propios límites, no obstante, él nunca imaginó que alguien tan dedicado como lo era ella, siempre al servicio de la reserva, fuese a clavarle un puñal en la espalda a todos.
Yoongi intuía que la sed de venganza que recorría por sus venas iba más allá de la muerte de Yang Mi, Young quería vengarse de él por haberla apartado de manera sentimental, y si tenía que arrastrar a todos a esa vorágine de locura desmedida, estaba claro que no le importaba.
—¿Qué vamos a hacer con ella?
—Las prioridades siguen siendo las mismas. Encontrar un refugio para los betas. Jimin sugirió que cualquier cambio de planes que tengamos, se realizarán con discreción y confidencialidad. No habrá ninguna otra reunión a menos que sea para entregarle información falsa.
—Entiendo, informaré a mi manada de esto lo más pronto posible, vamos a ganar Yoongi, estoy seguro de eso.
—Lo sé.
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