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Capítulo 15:

Cayendo en la cuenta de lo que había sucedido, Jimin se desplomó contra el sofá de la casa del alfa, hacía nada la celebración por su unión con Yoongi había terminado, por lo que la realidad poco a poco se asentaba sobre su existencia.

—Lo hicimos, de verdad lo hicimos, tú y yo... —Con ojos perdidos y con su mente todavía divagando, miró la palma de la mano en la que Hoseok había efectuado el corte, corte que ya no estaba y que no dejó ninguna marca como prueba de que estuvo ahí en primer lugar. De todas formas, con o sin ella, Jimin sabía que todo era diferente en él—. Wow, sí pasó...

Yoongi arqueó una de sus cejas, el comportamiento de Jimin estaba comenzando a preocuparle.

—¿Estás bien?

—¿Sí? Honestamente, no me siento mal. Es solo que, es abrumador, el lazo, las marcas...tanta información recibida en tan poco tiempo me ha arrollado como una estampida de elefantes, supongo que con un poco de descanso estaré mejor. —Acomodándose a lo largo del sofá sin poder aguantar un segundo más, Jimin se rindió por completo al agotamiento, cayendo así en un sueño profundo.

Con un suspiro el alfa alzó a su pareja y lo llevó a la cama, esa que tendría que aprender a compartir desde ese momento. Tanto tiempo en soledad hacía que esa idea no le sentara bien, sus instintos territoriales le incitaban a tirar a la criatura entre sus brazos de nuevo al sofá y dejarlo allí hasta la mañana siguiente, por otra parte, estaba ese lado suyo dominada por el sentido común que le decía que esa situación no era tan terrible. Una sonrisa seca, sin una pizca de gracia salió de él. Probablemente, Jimin era la única criatura viva en toda la faz de la tierra capaz de hacerlo tener opiniones encontradas.

—Te apoderaste de mi reserva y ahora de mi cama —masculló acomodándolo sobre la suave y perfumada superficie y arropándole con las sábanas de algodón. Él no se acostó, simplemente estuvo ahí de pie velando de los sueños de ese insufrible zorro que estaba siendo ajeno a cualquier pensamiento que él pudiera tener—. ¿Cuánto tiempo te tomará apoderarte de todo lo demás?

Salió del cuarto y regresó a la sala sentándose en el sillón donde se puso a reflexionar. Había ejecutado a alguien el mismo día de la ceremonia, su jodida ceremonia. Ha estuvo bailando con la muerte durante años ¿por qué revelarse ahora? Quizá y la paz por la que tanto se había esforzado en conseguir finalmente se estaba desmoronando, siendo la llegada de los zorros y la muerte de Ha solo la punta del iceberg.

—Estoy sobre pensando las cosas. —Se dijo a sí mismo resolutivo. Ser el alfa no era para nada un trabajo sencillo, tenía tantas vidas que confiaban en él entre las palmas de sus manos que un simple error podría condenarlos a todos, y eso ocurría no se lo perdonaría ni en esa vida ni en ninguna otra.

—¿No puedes dormir?

Yoongi levantó su cabeza y se topó con la figura de Jimin recostada contra la pared que lo miraba fijamente. Su cansancio era visible en su rostro, y, aun así, sus ojos estaban bastante alertas a su entorno, a él.

—¿Cómo hacerlo si tomaron mi cama? —inquirió recostándose en el respaldo del sillón sin quitar sus ojos de los de Jimin—. Pensé que dormías.

—Y lo estaba, pero esto —señaló la marca que yacía en medio de su pecho—, comenzó a funcionar. Pude sentir la inquietud de tu espíritu, fue tan extraño. —Sus cejas se fruncieron ante el recuerdo de la opresión que sintió. Su propia alma fusionada con la del alfa le había gritado que Yoongi no estaba bien y que lo necesitaba.

Otra experiencia nueva que agregar a la lista. Por obvias razones, ni Jimin ni Yoongi habían tenido la oportunidad de ver como la marca trabajaba con ellos, y sin duda alguna, las cursilerías baratas de SeokJin, no les sirvieron para nada.

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