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Capítulo 30:

El invierno llegó, la fría e impoluta nieve decoraba cada rincón del extenso territorio, y a pesar de que el sol brillaba a lo alto con su cálida luz el ambiente en el exterior era frío, aunque eso daba exactamente igual ya que los cambiaformas eran capaces de regular su temperatura haciendo que el viento frío de estación apenas fuese una mera caricia contra su piel.

Dos pares de ojos naranjas y brillantes se asomaron entre los espesos arbustos cubiertos de nieve. Desde hacía un buen rato sus dueños llevaban siguiendo a su objetivo, quien era nada más y nada menos que Young Mi.

Desde la ejecución de su hermana que Jimin y Taehyung presintieron que debían ponerle un ojo encima ya que la perdida de Yang Mi podría servir como una escusa para algún tipo de ataque contra ellos o la reserva. Tales pensamientos, motivaron a los hermanos zorros a darse a la tarea de seguirla diariamente a sol y sombra, y no saben cuanto odiaron tener la razón.

De alguna u otra forma Young Mi logró dar con los omegas que se asentaban a un par de kilómetros de los territorios de Yoongi convirtiéndose en su espía más fiel. Jimin casi le arranca la cabeza cuando la descubrió, teniendo por suerte a su hermano para detenerlo de cometer semejante locura.

—Ya he visto suficiente, será mejor que nos demos prisas y le informemos de esto a machote —susurró Jimin desviando la mirada.

Taehyung asintió, y con mucho cuidado de no ser vistos o escuchados abandonaron el lugar, benditas sean las hierbas que cubrían sus aromas, gracias a ellas su misión encubierta había sido todo un éxito.

Iban a medio de camino cuando Jimin se vio forzado a detenerse al ser atacado de forma repentina por un súbito mareo. Su cuerpo se inestabilizó y cayó tembloroso al suelo.

—¡Jimin! —exclamó Taehyung al verlo tembloroso y pálido como la misma nieve.

—N-no m-m-e siento bien... —jadeó al sentir una extraña sensación de exceso de saliva en su boca, seguidamente su estómago se revolvió con fuerza consiguiendo que vomitase de forma aparatosa. Taehyung entró en pánico ¿Qué le pasaba a Jimin? Temblorosa y mojada por los nervios, su mano cayó en la espalda de su hermano y le brindó suaves caricias de forma circular—. Qué asco —masculló con asco.

—¿Qué pasó? ¿estás bien?

—Sí, estoy bien. Vamos, hay que darnos prisa.

Una vez que arribaron a la reserva Taehyung fue a buscar a Yoongi, aún en contra de las réplicas y protestas por parte de Jimin de que estaba mejor, él sabía que sobra de que no lo estaba, como también sabía que Yoongi era el único ser sobre la tierra capaz de obligarlo a ir a revisarse.

—¡Taehyung regresa! —exclamó Jimin sentado en una raíz debido al constante mareo que se había apoderado de él, viendo como el maldito traidor iba en búsqueda del Alfa.

Para cuando el traidor asomó su cara, su machote venía con él, y claramente no estaba para nada feliz. Estaba en problemas, y todo por culpa de ese zorro que tenía como hermano.

—¿Sigues así de mal? —cuestionó Yoongi parándose frente a Jimin. Él no contestó, como el testarudo que era desvió su mirada lo más lejos posible. Yoongi suspiró, no era la primera vez que Jimin se encontraba mal, llevaba días sin poder contener mucho en su estómago por un periodo respetable de tiempo y él realmente estaba comenzando a preocuparse. Temía que algo malo pudiera estar pasándole a Jimin—. Sunny irá esta noche a casa, aunque no quieras. No quisiste hacer las cosas por las buenas, entonces lo haremos a mi manera —aseveró decidido sin darle cabida a ninguna réplica.

Jimin siguió sin contestar, así que se acercó a él y se posicionó a su altura para poder conectar sus miradas.

—Solo quiero asegurarme de que estés bien —confesó en tono susurrante—. Quizá no lo parezca, pero estoy muy preocupado por ti.

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