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Capítulo 33:

A mitad de la noche, en medio de la oscuridad que reinaba en la habitación del alfa, dos orbes ambarinas relucieron con intensidad cuando se abrieron de manera repentina.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó Jimin sentándose en la cama al mismo tiempo que Yoongi.

—Están aquí. —Jimin no necesitó que Yoongi especificara para saber de qué estaba hablando.

Los omegas estaban llegando.

Ambos saltaron fuera de la cama a toda prisa y salieron de la casa para dirigirse a la de SeokJin. Como todavía era de noche, los habitantes de la reserva debían seguir dormidos.

Yoongi se maldijo en su fuero interno, su error fue suponer que esos malnacidos no llegarían de improviso, fue un golpe de suerte muy grande que los hubiese sentido aun estando todavía dormido.

Según se planeó, Jimin y Taehyung consiguieron las hierbas que escondía los aromas a espaldas de Young Mí, por lo que tenían una pequeña (gran) ventaja sobre ella. Todos allí, a excepción de la manada, habían comenzado a utilizarla progresivamente para no llamar la atención, no era de su agrado no poder sentirse entre ellos, pero eran conscientes que era para mantenerlos a salvo.

Jin y Sunny hicieron un excelente trabajo en hacer correr la voz de tal forma que todo quedara entre los betas sin que aquella estrategia llegara a oídos de, según Jin, la arpía traidora.

Volviendo con Yoongi y Jimin, ambos llegaron a la casa del beta en donde ya se encontraban Taehyung y Hoseok.

—¿Cuál es el plan? —cuestionó Hoseok con una expresión nunca antes vista, todo rastro de calidez y expresiones relajadas fueron reemplazados por labios tensos, y ojos penetrantes y feroces. Ese era el delta en todo su esplendor.

—Yugyeom y Jackson son centinelas. Se encargarán de reunir al resto de la manada —informó Yoongi.

—¿Y los betas? ¿el plan sigue siendo el mismo? —Fue Jin quien preguntó esta vez.

—Sí —confirmó Yoongi—, ustedes tres se irán con ellos a los refugios.

—Ah, vas muy listo si crees que voy a dejarte solo en esto —alegó Jimin, él no se iría a ningún lado, iba a pelear lado a lado con su pareja.

—No. Tú te vas. —La demanda tiñó el tono de voz del alfa—. Llevas a nuestro cachorro dentro de ti. Protegerlo será tu tarea a priori.

Los abultados y rojizos labios de Jimin se fruncieron con fuerza. Por supuesto que sabía que debía proteger la vida que se encontraba en su interior, pero se había prometido a sí mismo y a Yoongi que no lo dejaría solo.

La incertidumbre de que podría pasarle algo si no estaba él allí, le dejaba un enorme agujero en el estómago. Sin embargo, no insistió. Por primera vez en su vida iba a pensar bien las cosas y las decisiones que tomaría.

—Bien. —Accedió de mala gana luego de un intenso intercambio de miradas—. Pero escúchame con mucha atención machote, si algo te llega a pasar, juro que yo mismo te traeré a la vida para matarte de nuevo ¿está claro?

Yoongi no contestó, en cambio, tomó el rostro de Jimin por su barbilla y estampó sus bocas en un beso que le quitó la respiración a los dos. No era una despedida, no iban a decirse adiós. Ellos iban a sobrevivir.

—Tengan mucho cuidado. —Le pidió Taehyung a Hoseok con mirada suplicante.

El delta sonrió y lo abrazó para reconfortarlo, ambos sabían a la perfección que en el momento en que sus caminos se separaran, todo sería muy incierto, por lo que, con todo el dolor de sus almas, no podían prometerse nada.

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