Semillas De Emperadores

Tenemos que hablar

Hola, aquí la actualización de cada sábado, espero que estén disfrutando de la historia, capitulo largo y bueno sin nada más que decir... Comencemos...

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Un mes después...

Ambos hermanos luchaban como bestias en el campo de batalla, mucho de los soldados enemigos caían en sus manos y otros huían rogando porque aquellos demonios no se atrevieran a alcanzarlos. De pronto una flecha es lanzada en dirección a Ryomen, este planea detenerla, sin embargo una lanza la parte por la mitad.

-Hasta que al fin llegas Toji.

Dijo entre risas el mayor, aquel era uno de los líderes del ejército más importantes, al igual que él más confiable, antes que su hermano, prefiere confiarle su espalda a Toji.

-¿Y perderme la diversión? No de chiste, además la paga es buenísima.

Corta por la mitad a dos guerreros que planeaban atacarlo por la espalda.

-Además ganar dinero haciendo lo que te gusta, es algo que no todos pueden disfrutar.

El peli negro, con una sonrisa se dedica a cubrir la espalda del emperador. Por otro lado, Sukuna, al ver esto hace una mueca, hasta que se da cuenta de que sus enemigos comienzan a retirarse.

-Ryomen, es mejor apresurarnos, o esos idiotas si se van se van a reagrupar.

Toji, limpia el sudor de su frente y mira de forma burlona la actitud de Sukuna, a veces actuaba demasiado impulsivo. Ryomen, suspira y observa como se retiran, demasiado raro, ya que sus rivales se caracterizan por morir con honor.

-Dejalos ir, no sabemos cuantos son...

-¡Maldita sea! ¡Yo me encargo!

Grita el menor corriendo detrás de los sujetos, ya no quedaba nada de las fuerzas enemigas, por lo que eliminarlos ayudaría a poner fin a la guerra. Ryomen, mira con furia la actitud del menor, el cual se había comportado como un mocoso en esta última guerra, como si su experiencia de años se hubiera ido al tacho de la basura.

-¡Idiota!¡Detente!

Grito, pero ya el otro estaba a una buena distancia. Sukuna, se confió, quizás demasiado y siguió a los soldados del bando contrario que se estaban retirando, aquellos rezagados que iban más lento, demasiado a su parecer, quizás esa fue la señal para darse cuenta, noto como Ryomen lo seguía y más atrás el tal Toji, pero no cuando una roca de los acantilados caía en su dirección.

Ryomen, se adelanto y destruyo la roca con una de sus armas, aquel acto solo podía hacerlo una bestia, pero el hombre lo hizo sin ninguna dificultad. Sukuna, se sintió como un tonto, había caído en la trampa de esos idiotas y si no fuera por su hermano habría muerto, el mayor toca su hombro y nota como arde.

"Maldita sea"

Maldice el menor, ambos hermanos no se dieron cuenta de la siguiente roca, que cae en su dirección.

Ese mismo mes...

Yuuji, se sentía devastado, por los síntomas del embarazo y la falta de su alfa, que se supone que en esos meses era vital su compañía para que estos síntomas no fueran tan horribles, por suerte Ryomen, le había dejado parte de su ropa para seguir agrandando su nido, algo que Uraume le hacia entrega cada vez que lo solicitaba, es así como al final tuvo que crear un nuevo nido, esta vez grande y cálido, de esta manera pudo soportar mejor la etapa inicial de su embarazo. Fuera de eso, también estaba su hija, que con una sonrisa era capaz de alegrar su día y así distraerlo.