Semillas De Emperadores

Nacimiento

Perdón, pero me atrase porque al último momento quise agregar algo, relacionado con el omegaverse y que haría más lindo el capitulo.

Capítulo largo, espero les guste, recuerden votar y comentar.

En fin, sin más rodeos comencemos...

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Un mes antes...

Yuuji, se levantaba esa mañana en la que comenzaba a caer nieve, observo el cielo nublado y los árboles de flores de cerezo secos, la temperatura poco a poco iba bajando y escucho como alguien se acercaba a él, tras sentir las feromonas supo de quién se trataba y la mirada de amor que dedicó pareció congelar por unos instantes a su marido.

Aún no se acostumbraba a eso, pero eso no significaba que no lo adorara, ama todo de Yuuji, sus gestos, su voz, su cuerpo. Quiere que Yuuji le enseñe más acerca del amor, quiere vivir aquellos sentimientos que nunca pudo sentir antes y dedicárselos todo a su omega.

-Ryomen.

El mayor, una vez que reacciona, lo observa, su omega lleva un kimono blanco como la nieve que se acumula en el suelo, su figura es distinta, su vientre esta más abultado que otros meses, signos de un embarazo ya avanzado. Yuuji, es una deliciosa fruta que quiere saborear, pero ahora debe contenerse por su bien y del cachorro en su interior, por lo que se limita a abrazarlo, rodeándolo con sus brazos e intentando darle calor con su cuerpo, además de colocar su cabeza en su cuello para inhalar el durazno como si fuera una droga.

El durazno de Yuuji era más delicioso que antes, con un ligero olor a leche, un signo de que llevaba una vida en su interior, pero teme que disminuya por el frío, aunque si lo piensa bien, mucho peor sería que su omega se enferme, por lo que se separa de él, besa su frente y sujetando su mano, entran a la habitación.

-No debes estar mucho afuera, menos ahora que ha empezado a nevar.

Ryomen, cierra la puerta, se sienta en el tatami e invita a Yuuji a sentarse en sus piernas, el joven camina a paso lento, pero por él esperaría lo que sea con tal de seguir viéndolo con ese cuerpo tan adorable y a la vez sexy.

-Sukuna —sonríe por la actitud de su marido—, solo quería mirar no me voy a resfriar por eso.

El omega se sienta y coloca los brazos detrás del cuello del alfa para luego depositar un beso en la misma zona en donde también se ubicaba una marca hecha por él.

-Eso no lo sabemos y tampoco quiero averiguarlo.

El omega besa a su alfa para transmitirle paz y el mayor intenta contener su felicidad.

-Tranquilo, me quedaré adentro.

Ambos aprovechan el tiempo juntos para conversar, en eso se le ocurre ponerse acuerdo con el nombre y dan opciones, hasta mezclan los kanjis de sus nombres, de pronto el estomago del omega ruge, Ryomen ríe como desquiciado en lo que Yuuji hace pucheros, luego de unos cuantos mimos el omega se tranquiliza.

 -Quiero ir a comer ¿Me acompañas al comedor?

Coloco ojos de cachorro en lo que acaricia su pecho con sus dedos, Ryomen, no puede sentirse más afortunado por el omega que le tocó, pero recuerda el frio de afuera y no quiere exponer a su pareja.