CAPITULO 9

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POR OTRO LADO SARA

La voz de la profesora de español apenas lograba penetrar la densa niebla de mis pensamientos mientras me perdía en mis propias reflexiones sobre lo ocurrido con Alex momentos antes. De repente, un grito me sacó bruscamente de mis pensamientos.

—¡SARA!

Mi nombre resonó en el aula, acompañado por un tono de autoridad que indicaba que la situación era seria. Ignoré por completo las palabras de la profesora, aún absorta en mis cavilaciones internas.

—¡Yo no lo hice! —exclamó Matt, interrumpiendo el flujo de mis pensamientos.

La profesora, visiblemente frustrada, intentó llamar mi atención nuevamente. Pero mi mente estaba en otro lugar, incapaz de concentrarse en la conversación que tenía lugar a mi alrededor.

—¿Cuál era la pregunta? —respondí distraída, provocando la exasperación de la profesora, quien me mandó directo a la oficina del director por mi falta de atención.

Sintiendo la injusticia de la situación, me levanté de mi asiento y recogí mis cosas con rapidez, dirigiéndome hacia la salida del aula. Pero antes de poder escapar, una voz molesta resonó detrás de mí.

—Voy contigo —gritó Alex, causando una mezcla de confusión y molestia en mi interior.

Cerré mi casillero con furia y traté de avanzar, pero mis problemas no parecían terminar ahí. La manga de mi camiseta se quedó atascada en el casillero, agregando una nueva capa de frustración a mi ya agitado estado de ánimo.

—Mierda —susurré mientras luchaba por liberar mi manga, solo para darme cuenta de que las llaves estaban dentro del casillero.

Alex se acercó para ayudar, pero mi resistencia inicial se desvaneció ante su insistencia. Después de varios intentos fallidos, terminamos cayendo al suelo juntos, conmigo encima de él.

Por unos momentos, nuestros ojos se encontraron, y pude sentir su aliento en mi rostro, lo que me hizo sonrojar intensamente. La tensión en el aire era palpable, y cuando Alex rompió el silencio con una pregunta inesperada, me levanté de un salto, aún ruborizada por la cercanía entre nosotros.

Continuamos nuestro camino hacia otro lugar, pero mi mente seguía perdida en la mirada penetrante de Alex, una mirada que despertaba emociones desconocidas en lo más profundo de mi ser.
~
Sigo caminando a ciegas, siendo guiada por Alex. De repente, se detiene y me susurra que hemos llegado. Con manos temblorosas, me quita el pañuelo que cubre mis ojos. Al principio, la luz me deslumbra, pero pronto vislumbro un lago azul sereno, bañado por los últimos rayos del sol. La escena es tan cautivadora que me roba el aliento.

'¿Te gusta?', pregunta Alex con una sonrisa.

'Sí, mucho', respondo, incapaz de apartar la mirada del espectáculo ante nosotros.

Nos sentamos en silencio por unos minutos hasta que él rompe el hielo.

'Apostaría a que no te atreves a entrar', me desafía.

'¿Me estás retando?', respondo, intrigada.

'Sí', confirma con una mirada traviesa en sus ojos.

La Madre de mi Mejor Amigo. » ACTUALIZADA «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora