04 | Primera amicita
Emma:
—Sigo enfadada contigo —replicó Lena, acostada sobre la pila de ropa que tenía amontonada en lo alto de su cama.
Mirándome en el espejo, solté una maldición cuando una de las brochas que me había prestado mi mejor amiga comenzó a rodar sobre la pila de cremas y paletas de sombras que había acumulado sobre el mueble de su baño.
—En algún momento vas a tener que superarlo.
—No creo que sea pronto.
—Me has dejado convertir tu cuarto en un estercolero y me estás prestando todo tu maquillaje. Creo que ya se te ha pasado, al menos, un poquito.
Mascullé un insulto cuando vi una mancha de color marrón en el vestido verde que me había dejado mi mejor amiga. La sacudí con la esperanza de que fueran polvos de las sombras y sonreí al comprobar que llevaba razón.
Cuando abandoné su cuarto de baño, me la encontré con una mueca de desencanto en los labios.
—Es que, ¿por qué no me dijiste nada?
—Ya te he dicho que lo estábamos llevando en secreto. Que él sea famoso no quiere decir que yo también quiera o tenga que serlo. Solo estaba respetando mis decisiones.
—Me parece raro. Hace nada fuiste a ver a Archer. Además, Estamos hablando de Koen Hughes, no es típico de él, es excéntrico y un desastre, no te lo tomes a malas.
Sentí un nudo en el estómago y me recordé que no había nada de malo en defenderlo porque, ahora que éramos «pareja» era mi deber. Al fin y al cabo, uno de los propósitos de Koen con el pacto era lograr limpiar su imagen y mostrarse tal y como era ante los medios. Además, no me había gustado escucharla decir aquello, solo confirmaba las palabras que el pelinegro me había dicho hacía un par de días.
«Se me ha atribuido una personalidad que no es la mía. Estoy atrapado en ella y no sé cómo salir».
«No sé qué hacer para que quieran al Koen que hay detrás de todo eso».
—Fui a ver a Archer para mandarlo a la mierda y Koen no tenía nada que hacer contra eso, no es mi perro guardián. Y en cuanto a lo que has dicho de él, eso es porque los medios solo quieren drama y lo han convertido en alguien que no es. No lo conoces, así que, dale una oportunidad.
—¿Y tú sí?
—Se podría decir que sí —mentí—. Llevo meses viendo cómo publican mierda sobre él y escuchándolo decir que no me está engañando con nadie, todo lo que habéis visto son rumores. Y joder, estamos juntos, lo conozco y no tiene nada que ver con la persona que veis a diario. Yo le creo.
Se habían sucedido artículos distintos a lo largo de los meses cada vez que el pelinegro salía con alguien distinto. Tenía que tratar de apaciguar todas esas hipótesis porque no nos venía bien a ninguno de los dos.
—¿Cuánto tiempo lleváis saliendo? No me digas que desde que os acostasteis, ¡eso fue hace meses, capulla! —preguntó, devolviéndome con ello el nudo en mi estómago. Al ver que no contestaba, añadió—: ¿Emma?
Ni el pelinegro ni yo habíamos hablado de esto. No habíamos planeado absolutamente nada porque el día en que acordamos lo de nuestra falsa relación él tenía prisa y yo cosas que hacer. Tampoco habíamos hablado mucho, yo le había mandado un mensaje para que guardase mi número y él me había escrito para decirme que teníamos que salir antes de la fiesta de la discográfica para, precisamente, ponernos al día sobre cosas como esta.
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El Caos de tu Mirada
Romance"Cuando era pequeño me obsesionaban los agujeros negros. No entendía su funcionamiento, aquel era el motivo por el que me gustaban. Cuando crecí me di cuenta de que mi interés por ellos venía determinado por las similitudes que compartíamos. Por la...