13 | Aliviar tensiones
Emma:
No debería hacerme tanta ilusión este día.
Pero me hacía.
Lena y yo habíamos terminado el periodo de exámenes y queríamos celebrarlo con unos amigos en su casa, aprovechando que sus padres habían vuelto a marcharse. Iban a estar fuera todo el fin de semana, querían unas vacaciones en Melbourne y no se lo pensaron dos veces. Eran demasiado trabajadores, cuando Lena me lo contó le dije que era un descanso bien merecido y ella no pudo hacer otra cosa más que darme la razón.
Habíamos decidido cenar en su casa, beber vino como en los viejos tiempos, ver el partido de fútbol femenino y jugar a juegos de mesa. Era la ocasión perfecta y mi plan favorito. Llevábamos años sin hacerlo porque el accidente me lo impidió en su día y el trabajo de mis amigos nos lo había impedido a lo largo del tiempo, por eso me hizo muy feliz saber que todos podrían venir.
Lenita 🌺:
«El sujetador azul es suficiente».
«No seas ridícula, me has pillado saliendo de la ducha».
«Estaba bromeando cuando lo he dicho».
Dejé el teléfono sobre el escritorio para colocarme la camiseta azul que representaba al equipo que seguíamos desde que éramos pequeñas y dejé que cayera por su propio peso mientras me asomaba para leer su contestación.
Lenita 🌺:
«A Koen le gustaría».
«Aunq tienes razón, sin suje le gustará +».
«😏 😏 😏»
«Estás obsesionada con nuestras interacciones».
«Problemas en el paraíso?».
Lenita 🌺:
«Eso debería preguntar yo, siempre me cambias de tema».
«Cuantas veces habéis 👉👌???».
Intenté no sonrojarme cuando me lo preguntó y decidí que necesitaba recuperar el control de la situación. No podía verme, por lo que sería una tarea fácil.
«Muchas».
Lenita 🌺:
«Cm es su 🍆?».
«Voy a decirle q no venga».
Lenita 🌺:
«Oh, vamos, la primera vez m dijiste q estabas demasiado borracha cm para recordarlo».
Y era cierto. No recordaba nada salvo la manera en la que me llamó por un nombre que no me pertenecía y la posesividad de sus manos contra mi piel. No recordaba si me había gustado, si se había marchado justo después o la manera en la que había gemido en mi oído cuando terminamos.
Una parte de mí se alegraba por desconocer los detalles porque no creía que pudiera habérmelo sacado de la cabeza y habría sido un problema grave en este trato que había entre ambos.
Quizás era mejor así, no recordarlo y hacer como que nunca existió. Mucho más fácil que preguntar lo que había sucedido exactamente y fantasear con los detalles. Koen había dejado claro que tampoco se acordaba, así que, no tenía sentido continuar dándole vueltas al asunto.
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El Caos de tu Mirada
Romance"Cuando era pequeño me obsesionaban los agujeros negros. No entendía su funcionamiento, aquel era el motivo por el que me gustaban. Cuando crecí me di cuenta de que mi interés por ellos venía determinado por las similitudes que compartíamos. Por la...