BLAZE |
"Como las llamaradas de un fuego ardiente, el amor consume nuestros corazones, llenándolos de calidez."
(Jacob Black x Oc)
(Fanfiction - twilight)
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Las semanas pasaron pesadamente para Bella quien no sabía nada de sus dos amigos salvo que ambos parecían estar enfermos de una extraña enfermedad contagiosa. Ella se sentía abrumada por no poder hablar con ellos, incluso la familia Walker había dejado de ir a su casa lo que tenía a Charlie preocupado.
En casa de los Walker, Louise le prohibió a su hija salir para evitar accidentes con sus recientes habilidades adquiridas, por lo que paso las siguientes tres semanas encerrada en su casa y por las noches salía hurtadillas hacia las ruinas donde practicaba con sus dones.
Lilith se había adaptado rápidamente a su nuevo estilo de vida, aprendiendo en el proceso todo lo que es capaz de hacer, aunque sabía que aún era muy pronto para cantar victoria. La pelirroja se recargó en el marco de la ventana de su habitación mirando a su amiga castaña llegar a su casa con el semblante decaído.
Ella se sentía mal por no poder contestar sus llamadas y mensajes, ni siquiera había podido comunicarse con Jacob para agradecerle lo que había hecho por ella en su cumpleaños. Lilith decidió que ya había sido suficiente tiempo de estar aislada, sintiéndose lista para enfrentarse al mundo humano.
Peinó su cabello largo en una desordenada coleta, se vistió con lo más cómodo que encontró incluida su chaqueta y bajo las escaleras encontrándose con su familia en la sala mirando la televisión.
—Voy a salir— dijo decidida hacia su madre. Louise se giró con el ceño fruncido negando inmediatamente.
—No es seguro— dijo ella aterrada de que su hija pudiese perder el control —Sabes que en tu estado puedes llegar a lastimar a alguien y no queremos...
—Mamá, estoy harta de no ir a la escuela e ignorar a mis amigos— expresó la chica entre dientes —Entiendo que quieres protegerme, pero debo enfrentarme a las personas tarde o temprano, además extraño a los Swan— dijo con nostalgia pensando en el semblante sombrío de Bella.
—Pero...
—Lily tiene razón, yo quiero estar con Charlie— dijo Astoria con un leve puchero —Extraño ver Béisbol con el— se cruzó de brazos con seriedad.
—Yo también estoy de acuerdo— afirmó William desde el sofá —Además estoy seguro de que Lils puede estar en perfecta calma— dijo el bebiendo un sorbo de su lata de soda.
—Está bien, está bien— se rindió la matriarca soltando un suspiro pesado, no podía evitar admitir que ella también echa de menos a su amigo y su extraña hija.
—Bien, los veré después— dijo la pelirroja a su familia dirigiéndose hacia la entrada. Giro del pomo de la puerta y salió al exterior sintiendo el viento fresco golpear contra su rostro.
