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Capítulo 22. El comienzo de una despedida


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Desde que la Swan partió de su hogar persiguiendo al suicida vampiro Edward Cullen, su mente se convirtió en un torbellino de preocupaciones y angustias. Su ausencia pesaba sobre ella como una losa, y cada tic-tac del reloj resonaba como un eco de su inquietud.

El tiempo parecía transcurrir lentamente para Lilith, quien no podía evitar sentirse ansiosa tras la huida de su torpe amiga, sin tener ni una sola idea de a dónde iría.

La llegada de Charlie, solo intensificó la tormenta emocional que Lilith experimentaba. El dolor y la preocupación en los ojos de Charlie cortaban como cuchillos afilados, provocando que la pelirroja se sintiese culpable consigo misma por no poder ofrecerle respuestas al mayor.

En su lugar, solo podía compartir su angustia, ahogada en lágrimas silenciosas siendo reconfortada por Jacob Black, quien se convirtió en su ancla en medio de la tormenta.

La disculpa de Lilith hacia Charlie se convirtió en un mantra repetido una y otra vez, como si pudiera deshacer el dolor que Bella había infligido en su pobre padre al tomar la decisión de seguir a Edward. Sin embargo, el Jefe Swan comprendió como se sentía por lo que la consoló diciendo que no era culpa suya.

La familia Walker también compartió el peso de la tragedia de los Clearwater por lo que decidieron acompañar al Swan al funeral de su amigo Harry para despedirse de él.

La ojiazul se sintió muy mal por los dos hijos de Harry al comprender todo el proceso doloroso que tendrían que vivir de ahora en adelante puesto que ella y sus dos hermanos ya lo habían experimentado.

Sin mencionar que Jacob le había contado que con todo lo sucedido, los dos jóvenes Clearwater entraron en fase y ahora formaban parte de la manada, agregando un peso más sobre sus hombros.

Louise por su parte no se separó de Charlie al ver lo mal que se encontraba el hombre ante la pérdida de su amigo y la desaparición de su hija. Se convirtió en su pilar sin imaginarlo, por lo que Charlie estaba totalmente agradecido de tenerla a su lado.

Lilith paso el resto de la noche en compañía de sus hermanos y de Jacob, quien no la dejo sola ni un instante temiendo que su impronta rompiera en llanto otra vez.

Para cuando la Swan regresó con el Cullen después de algunos días, fue reñida duramente por su padre quien había expresando que estaría castigada por el resto de su vida. Lilith se sintió más tranquila y aliviada al saber que la Swan estaba de regreso sana y salva, pero aún se negaba a hablar con ella sintiéndose herida por las acciones de la chica.

Temprano por la mañana, la pelirroja había decidió salir al bosque a tratar de despejar su mente de toda la tensión que había acumulado los días que la torpe Swan estuvo ausente. Jacob no la había abandonado ni un solo momento sintiéndose amenazado por el regreso de los Cullen.

𝐁𝐋𝐀𝐙𝐄 | 𝐉𝐚𝐜𝐨𝐛 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora