—Pensé que era de juguete, lo juro —dijo Connor, con el arma temblando en sus manos. El disparo accidental había roto una ventana de la cocina y el hombre que nos esperaba fuera había resbalado del susto, golpeándose la cabeza contra una encimera. Las alarmas de la casa comenzaron a sonar estridentemente. Connor me miró con los ojos desorbitados—. Por favor, dime que no está muerto. No quiero pasar el resto de mi vida en la cárcel, Thomas. ¡No hay chicas allí, entiendes? No puedo...
Le quité con cuidado el arma de las manos antes de que pudiera disparar otra vez por error. Sus manos simplemente habían actuado por puro impulso. Coloqué la pistola, sorprendentemente pesada, sobre un mueble de la cocina.
—No está muerto —Observé cómo el pecho del hombre todavía subía y bajaba con cada respiración.
En ese momento, vi la figura de mi padre entrar con un arma en alto. De pronto, la casa se vio rodeada de luces rojas y azules; incluso creí escuchar el ruido de un helicóptero.
—Thomas —dijo mientras aseguraba la pistola y se apresuraba a abrazarme. No recordaba la última vez que me había apretado de esa manera. Olía como cuando era niño, a una mezcla de colonia y tabaco. Le devolví el abrazo con toda la fuerza que pude.
—Estoy bien.
—¿Qué diablos estabas haciendo? —me espetó, separándose de mí y sujetándome por los hombros. Me observó detenidamente, como si finalmente se diera cuenta de que su hijo tenía dieciocho años y no diez.
Desvié la mirada hacia el hombre en el suelo. Su rostro se distorsionó en una mueca.
—¿Boris Itchenko?
En cuestión de segundos, la casa se llenó de policías y hombres vestidos de negro. Visualicé a los guardaespaldas de Penélope y a sus padres mientras la ayudaban a salir del sótano. Apenas habíamos tenido tiempo de hablar, pero el alivio en su rostro era el reflejo del mío. La gente a nuestro alrededor hablaba sin prestar atención, al menos a Rosa y a Connor, que estaban sentados a mi lado.
—El arma coincide —decía un hombre con un bigote rojo y cejas pobladas. Habían montado toda una sección de balística en la casa, como si fueran los protagonistas de "Mentes Criminales".
Creo que hablaba por Connor al decir que ambos estábamos boquiabiertos, era un mundo fascinante.
—¿Coincide con el arma del tiroteo? —preguntó otro hombre, alto y delgado, imponía cierto temor.
—Y con la del asesinato del presidente.
El cuarto entero quedó en silencio. Resultó que Boris Itchenko era hermano de Terek, lo que finalmente lo vinculaba a la madre de Oliver.
—¿Y qué hay de lo que ha dicho mi hija? —El padre de Penélope dio un paso al frente, visiblemente indignado. Pude notar que temblaba de rabia, supongo que cualquier padre habría estado en la misma situación o peor—. Ella llamó a esa mujer minutos antes de que apareciera Boris.
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Lo que prometimos (ONC 2024)
Teen FictionAlgunas promesas, especialmente aquellas hechas en los momentos más difíciles, pueden ser el puente hacia un nuevo amor. ✨✨✨✨✨✨✨ Penélope, una adolescente de diecisiete años, se encuentra confinada a una silla de ruedas después de un devastador acc...