F̶A̶K̶E̶

22

Se levantaron todos en la mañana, mientras que Enid se cambiaba Merlina estaba en su cama aún acostada. Cuando la licántropo le había preguntado al despertarse porque no se estaba alistando como siempre Merlina le había explicado de que no podría ir cuatro días a clases por estar suspendida y tras decir eso recibió miles de preguntas que juntando todas iban con el mismo objetivo: saber porque la había suspendido.
Le tuvo que decir que no era tan importante e intentaba hacer que la contraria no le siga preguntando porque no quería mentirle y sus respuestas seguían siendo hasta en ese momento “No es importante” .

Hasta que Enid se tuvo que retirar por que no quería llegar tarde así que se despidió moviendo su mano en forma de un adiós y con una sonrisa en su rostro.

Así que tan solo se quedó Merlina sola, con el silencio gobernando en aquella habitación junto a el frío pasar por la ventana que dejaron abierta por el calor que hacía en la noche. Miro su escritorio donde estaba su máquina de escribir olvidada junto a sus hojas y el tacho aún seguía teniendo sus borradores fallidos, así que aprovecho este día para avanzar en lo que se quedó. Agarro una hoja el cual lo posicionó bien en su máquina de escribir, se sentó en su silla, hizo una lectura rápida en su última hoja y se quedó en blanco cuando estaba apunto de escribir.

Pero no sé desánimo, podía resolver su falta de imaginación al instante si volvía a repasar su hoja unas cuantas veces, iba a volver a escribir como antes, seguiría avanzando como la buena escritora que era, después de todo quería derrotar a su enemigo escritor.

Después de más de treinta minutos empezaba a dudar de ella, ¡Estaba dudando! Eso era sorprendente hasta para ella misma, había releído su hoja más de veinte veces hasta apunto las palabras claves e importantes para seguir escribiendo, pero cuando estaba lista de escribir su mente se volvió blanco, estaba segura que hasta escucho ruido blanco después de que sus ideas desaparecieran.

Algo que ella sabía es que odiaba el bloqueo de escritor.

Y ahora tenía uno.

—¿Que sucede Dedos?— le pregunta a su amigo quién había subido a su escritorio para hablarle y así hizo, mediante señas se comunicó con la azabache quién lo miraba atentamente —¿Por que crees que haría eso?— hace otra pregunta que vuelve responder la mano viva —Todo esto es un reto— le explica al leer lo que la mano le había ofrecido —No planeo hacer eso. No se hará— fue su decisión el cual tuvo que aceptar Dedos sin más.

Y siguió intentando ver como avanzar su historia, cada palabra lo estaba analizando e intentaba escribir el como el protagonista intentaba escaparse de una tortura —que debía que escribir como era su diseño— para lograr ir a buscar quién había sido el causante de todo, el clímax de su historia estaba apunto de llegar, pero su mente no quería pensar o simplemente también estaba en blanco.

Así que así estaba siendo su comienzo del día.

—¿Será que hizo algo muy malo para que la suspenda cuatro días?— vuelve a hacer la pregunta que había sido escuchada por su amiga más de cinco veces.

—No te preocupes, si ella dice "No es importante" no lo es— responde por quinta vez su pregunta.

Enid seguía escuchando la clase mientras intentaba averiguar por si misma el porqué su suspensión de la azabache. Dejo ir un bostezo, tenía demasiado sueño porque ayer por mala suerte se habían madrugado menos Merlina, más que escuchaba como su profesora dictaba la clase, le aburria más y el sueño aumentaba “Que me suspendan también para poder dormir” piensa reposando su mejilla en su mano derecha.

Y seguía los minutos con la clase, el dictado que había dejado a medias ya que se rindió al ver que no escucho unas palabras bien y la profesora seguía dictando sin parar aún así, podría ver como sus compañeros de salón no podían ni sacarle nueva punta a su lápiz porque tenían miedo de perderse en el dictado así que encima de su mesa tenían todo tipo de lapicero para seguir escribiendo si es que se rompía la punta de su lápiz o se le gastaba la tinta.

Así fue toda la clase hasta que terminó y el profesor sustituto entro y como siempre lo hacía después de la profesora, dejo cinco minutos de descanso lo cual fue agradecido por todos.

Ya estaba harta con intentar e intentar muchas veces para crear una simple escena en su historia, ya había hecho más de cinco hojas —obligandose— y ahora que leía todo de nuevo, debía que arreglar bastantes partes. No entendía que le sucedía, si no había tenido dificultad alguna de escribir. Dedos estaba a su lado todo el tiempo ayudándola con algunas palabras para que ella pueda seguir con su historia.

Aunque en un momento empezaron a comunicarse de porque le debería que hablar a Enid y como si su celular lo había dejado en la habitación. Así que cuando Dedos dio la respuesta de todo, ella saco una hoja en blanco y escribió a mano saludándola y preguntándole como le está llendo el día, le entrego la hoja a Dedos quien se fue donde el salón de la licántropo mientras sostenía la hoja.

Logró pasar sin que se den cuenta, con sigilo fue donde la mesa de Enid, le jalo un poco su ropa obteniendo su atención y así logrando que las dos chicas empiecen hablar mediante cartas de papel y Dedos era su paloma mensajera, bueno, su mano mensajera.

Continuará

Cuando estaba por publicarlo ayer, mis papás aparecieron, me hice la dormida.

Y me dormí.

En la tarde saldrá el otro capítulo que era para hoy. El capítulo 23.

[23/04/2024]