Capítulo 10 🌸

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Durante el receso, Emma, Lucas y yo nos reunimos en nuestro lugar habitual en el patio de la escuela. Cada uno tenía su almuerzo favorito en la mano, listo para disfrutarlo mientras charlábamos y nos relajábamos antes de regresar a clase.

—¿Qué tal están hoy? —pregunté, mirando a mis amigos con una sonrisa.

Emma levantó una bolsa de papas fritas con entusiasmo.—¡Mejor ahora que tengo estas delicias! —exclamó, abriendo la bolsa y ofreciéndonos a todos.

Lucas se rió y aceptó algunas papas fritas, agradecido por el gesto de Emma.

—Gracias, Emma. Sabes cómo alegrar el día de cualquiera —dijo, disfrutando del crujido de las papas fritas entre dientes.

Nos sumergimos en una conversación animada, compartiendo chistes y anécdotas mientras disfrutábamos de nuestro tiempo juntos. Sin embargo, pronto la conversación dio un giro inesperado cuando Emma mencionó algo que me hizo sentir incómoda.

—Por cierto, Amara, ¿viste lo cerca que estabas de Arthur en tu fiesta de cumpleaños? —preguntó Emma con una ceja levantada, mirándome con complicidad.

Traté de mantener la compostura mientras respondía, sintiendo el calor subir a mis mejillas.—Bueno, sí, él... se acercó a hablar conmigo en un momento. Pero no fue gran cosa —respondí, tratando de restarle importancia al asunto.

Lucas, siempre dispuesto a aligerar el ambiente, intervino con un comentario ingenioso.

—Ah, así que el príncipe azul hizo acto de presencia en la fiesta de cumpleaños de nuestra querida Amara, ¿eh? —bromeó, haciendo que Emma y yo nos echáramos a reír.

La conversación continuó, desviándose hacia otros temas mientras disfrutábamos de nuestra comida y compañía. Sin embargo, a medida que hablábamos y reíamos, no pude evitar sentir una sensación de incomodidad persistente en el fondo de mi mente.

Los recuerdos de la fiesta de cumpleaños y la extraña conversación con Arthur seguían acechándome, recordándome que algo más grande estaba en juego. Pero por ahora, decidí dejar esos pensamientos de lado y sumergirme en el espíritu ligero y alegre del receso escolar.

—Lo que ocurrió en tu fiesta Amara fue algo aterrador, pareció sacado de una película de terror —Menciono lucas echándose a reír, lo cual me dejo algo incomoda, recordar lo sucedido esa noche, lo extraño que fue y que Arthur me mencionara que mis ojos se iluminaron eran cosas que llenaban mas de dudas.

—Si, todos se echaron a correr y gracias a dios nadie salió herido, como se explotaban las luces y todo el patio se llenaba de oscuridad... espeluznante —Emma le continuo el chiste a Lucas uniéndose a el en risas que llenaban el lugar, uniéndose ar murmullo presente en el comedor.

Que pasaría si decidiera contarles el comentario de Arthur sobre mis ojos en aquella noche?, lo tomarían normal?, tendrían las mismas dudas que yo?, la única manera de responder esas preguntas era contándoles las cosas que habían pasado en los últimos días, pero era algo a lo que no me atrevía a hacer.

Así nos sumergimos en una ronda de chistes, especialmente de terror, riendo a carcajadas mientras compartíamos historias espeluznantes y nos hacíamos bromas unos a otros. Por un momento, parecía que todas nuestras preocupaciones se habían desvanecido, reemplazadas por la calidez de la amistad y la camaradería.

Y mientras nos reíamos juntos bajo el sol del mediodía, supe que, pase lo que pase, siempre tendría a mis amigos a mi lado, listos para compartir risas y enfrentar los desafíos que la vida nos presentara.

Luna de brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora