advertencia: este capitulo contiene descripciones de un episodio depresivo, ataques de panico, pensamientos intrusivos y autolesiones.
❄️☀️
Una tarde, a mediados de septiembre, Kento descubrió que experimentar un rut durante un episodio depresivo, era algo mucho peor que el conjunto de una maldición difícil de exorcizar y ser perseguido, hasta rayar en el acoso, por uno de los tres clanes.
Le resultaba difícil explicar la sensación de tener la libido por las nubes, pero sin la energía, o las ganas de satisfacer sus instintos. Era como una picazón persistente que lo consumía desde dentro, acabando con el poco ánimo que le quedaba. A decir verdad, Kento dudaba que pudiera encontrar alivio, incluso si lo intentaba, porque en el pasado, sus esfuerzos para saciarse fueron inútiles; agregar el sentimiento de culpa que nublaba su juicio a la ecuación, solo lo hacía peor.
No estaba seguro de si la decepción que sentía hacia sí mismo era un síntoma, o una emoción independiente, pero le dolía, en especial porque creyó que lo manejaba bien: Se apegó a todas las recomendaciones, como seguir una rutina y no abandonar las cosas que le gustaba hacer. Tampoco se aisló, sino que, al contrario, permitió que Satoru se acercara, también comenzó a hablar con Ieiri a menudo, recuperó el apetito, su ciclo de sueño mejoró y en general tenía más energía.
Estaba bien.
Estaba sanando.
Entonces comenzó la semana previa a su celo y, bueno, todo se fue a la mierda.
No hay mucho que hacer cuando ni siquiera puede levantarse de la cama, excepto pensar, hasta que se le agota la paciencia. Llegó a la conclusión de que su depresión fue causada por algún desajuste en sus niveles hormonales, un razonamiento simple, ya que la mayoría de las enfermedades en alfas y omegas siempre lo eran. No hacía falta tener una especialidad en endocrinología para darse cuenta de que el problema comenzó porque al estar con los no hechiceros se vio obligado a controlar sus feromonas y que el haber pasado un tiempo sin pareja, solo lo agravó.
La última vez que Kento intentó conocer a alguien, fue durante su segundo año de universidad (en 2012), pero no resultó como esperaba. Nadie le brindaba la seguridad, ni la libertad de ser él mismo, que sentía estando con Satoru, y tratar de encontrar una persona que llenara el hueco que su omega dejó, solo estaba rompiendo corazones, igual que frágiles piezas de cerámica.
A pesar de lo terrible que era la hechicería, volver al gremio tenía su lado bueno, comenzar a exponerse a las feromonas de esas personas a las que bien podría llamar su manada, lo estaba ayudando, sin olvidar el hecho de que uno de ellos era su par más compatible (que además fuera el hombre al que había amado con locura durante los últimos ocho años, lo hizo aún más fácil.)
Por supuesto, nada en el mundo de la hechicería es permanente y el tren se descarriló antes de llegar siquiera a la primera estación. Satoru tuvo que volver a sus misiones lejos de Tokio después de su celo, hablaban todos los días, por mensajes, o por llamada; sin embargo, no habían podido reunirse y eso era lo que había llevado a su alfa a hundirse.
Y si el alfa caía, todo él lo haría, porque sin importar cuánto la sociedad intentara separar al instinto de la razón, la realidad es que eran uno solo. Puede que a veces no se sintiera de ese modo, pero resultaba imposible negarlo.
Kento había hecho las paces con la idea de tener que compartir a su omega con el resto del mundo, desde que comenzaron a salir la primera vez, porque comprendía que antes de ser suyo, Satoru Gojo era el hechicero más fuerte conocido: su nacimiento alteró el equilibrio, su presencia era lo único que mantenía a los usuarios malditos en sus sótanos y a la mayoría de las maldiciones en sus madrigueras... pero al mismo tiempo era solo un hombre, con un corazón tan grande como gentil, una rareza, una joya brillante en una sociedad egoísta y malsana hundida en la negatividad.
ESTÁS LEYENDO
Sugar and Wine [Omegaverse] [NanaGo]
FanfictionSatoru Gojo esconde celosamente un secreto: Es un omega. Un omega incapaz de concebir a causa de la técnica maldita que lo vuelve el hechicero más fuerte de la era moderna. Puede que haya sido idea de sus padres criarlo como a un Alfa, pero al inter...