TW: Este capítulo puede resultar difícil de leer, ya que contiene la descripción de ataques de pánico relacionados con el embarazo y el aborto espontáneo. Por favor, prioriza tu salud mental.
❄️☀
Satoru no sabía cómo cuidar de sí mismo.
Esa era la verdad, aunque le costaba tener que admitirlo.
Debido a su técnica maldita no tenía que preocuparse demasiado por dormir, comer, enfermarse o lesionarse y un ritmo de vida exigente, peligroso y cargado de negatividad no hizo otra cosa sino exacerbar sus vicios. La prueba más fehaciente de ello, era la cantidad inhumana de azúcar que consumía a diario, lo que comenzó como una forma de estimular su cerebro, se convirtió en una adicción que no podía dejar (aunque no es que lo hubiera intentado alguna vez.)
Shoko, Yaga, Ijichi, sus cachorros, pero sobre todo, Nanami, a menudo le recordaban hacer cosas básicas, como beber suficiente agua (los jugos no cuentan), o comer comida real (los postres, al parecer, no lo son), o dormir al menos tres horas a la semana (a diario, se supone que tienes que dormir todos los días)... Incluso, había ocasiones en las que alguien lo obligaba a sentarse en algún sitio espejado, solo para holgazanear.
Tal vez era ridículo, pero esas pequeñas acciones lograban hacer que se sintiera estimado. En especial durante los días grises cuando su visión acerca del Jujutsu lo hacía sentir como una pieza de rompecabezas mal cortada imposible de encajar con los demás. Quizás por ese motivo mantenía todos esos hábitos desagradables: la atención que recibía, por banal que fuera, era lo más parecido a la comprensión que podría obtener jamás. Por desgracia, si sus sospechas eran acertadas tendría que cortar sus vicios de raíz para comenzar una nueva vida. Una saludable, tranquila y nada riesgosa (al menos por unos meses).
La temporada estaba siendo difícil, las maldiciones gestadas durante el invierno parecían no acabarse nunca, muchos usuarios malditos salían de sus alcantarillas y la energía maldita fuera de Japón alcanzó el nivel más alto registrado desde su nacimiento (lo que no auguraba nada bueno en el futuro) en otras palabras, había mucho trabajo por hacer y pocos hechiceros disponibles para cubrirlo todo, como siempre.
Al ser incapaz de quedarse quieto, Satoru disfrutaba de un ritmo de vida atareado, excepto cuando eso significaba que no podía ver a Nanami, o a sus cachorros. En los últimos cien días, desde la sincronía lunar, solo pudo ver a su alfa diez efímeras e insignificantes veces (si es que llegar de madrugada y acostarse a dormir juntos unos pocos minutos contaba en algo); de no ser porque conocía al director Yaga muy bien, creería que los estaba castigando por ausentarse durante setenta y dos horas seguidas cada dos meses.
Su mente, en todo caso, se encontraba ocupada en asuntos más preocupantes que ser castigado por su antiguo maestro: a causa del ajetreo, después de varios años sin usar fármacos (incluso anticonceptivos), Satoru se vio obligado a tomar un inhibidor de estro temporal que se supone retrasaría su celo por siete días; sin embargo, ya había pasado una quincena desde entonces y todavía no tenía ningún tipo de síntoma.
Tuvo que rememorar cada uno días de las últimas dos semanas, solo para darse de cuenta de que el estrés del trabajo le impidió prestar atención a su cuerpo; aun así, estaba casi seguro de que el malestar general del síndrome pre-celo que nunca faltaba, de hecho, no apareció, lo que, en retrospectiva, debió ser una señal obvia.
Lo que pasa con las cosas obvias es que no siempre lo son, en especial para aquellos que creen que algo es imposible: Satoru estaba convencido de que su técnica maldita era como, por decirlo de un modo amable, tener un anticonceptivo integrado en su cuerpo, infalible, y la mayoría de las veces, discreto. Por ese motivo, no prestó atención a sus síntomas, hasta que estuvo de vuelta en la ciudad, exhausto, con una migraña empeorando a cada segundo, el olfato sensible y el estómago revuelto a causa del olor del postre que compró para el desayuno.
![](https://img.wattpad.com/cover/295300260-288-k118146.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sugar and Wine [Omegaverse] [NanaGo]
FanfictionSatoru Gojo esconde celosamente un secreto: Es un omega. Un omega incapaz de concebir a causa de la técnica maldita que lo vuelve el hechicero más fuerte de la era moderna. Puede que haya sido idea de sus padres criarlo como a un Alfa, pero al inter...