17. Si lo quieres...

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advertencia: algunas descripciones en este capitulo fueron recortadas para eliminar una escena spicy, pueden identificarlo con esta marca: [•••]


Yo

no vengo a decirte «te quiero»,

voy a quererte

porque es la única manera que conozco de cantar victoria.

No me digas a dónde vas,

vuelve

y tráete en los bolsillos carreteras de historias como nunca la nuestra:

la que nunca empieza

para nunca acabar.

—Pájaros, Chris Pueyo


❄️☀️


Pocas cosas en la vida lograban molestar a Satoru: Despertar sintiéndose caliente, en todas las acepciones de la palabra, era una de esas. Lo siguiente en la lista, era la constante humedad en sus partes íntimas y ese día, se despertó porque la humedad en su ropa interior era difícil de ignorar.

Sintiéndose asqueado de sí mismo, buscó una muda de ropa en su maleta de viaje, para descubrir que se olvidó de empacar ropa interior decente. Ese departamento, sería un regalo para Tsumiki en el futuro, había estado ahí apenas un par de veces, cuando ir al lugar de Matt, o a un hotel, no fue posible; por eso sólo tenía lencería, un par de juguetes que sus cachorros no debían encontrar nunca, y también algunos secretos que ocultaba de la Cueva Mágica (hasta que tuviera que moverlos a otro sitio para ocultar todo eso).

Resignado, escogió de entre sus conjuntos de encaje, el que pareciera más resistente, porque no quería tener que cambiarse pronto, y se dirigió al baño para darse una ducha, aunque al final, terminó llenando la bañera.

El agua fría abrazando su piel ardiente, sin embargo, no le dio el alivio que estaba buscando: No pudo contenerse, sus manos ansiosas se deslizaron por su cuerpo. 

[•••]

Sus piernas temblaron cuando se levantó para salir de la bañera, tuvo que tomarse un momento para reponerse. Siempre le había parecido irritante y a la vez divertido, como el celo podía dejarlo sin la energía suficiente para caminar, o comer, pero parecía inagotable si se trataba de follar.

Cuando salió del baño, llevaba puesta su lencería de dos piezas de color rosa pastel, listo para tomar algunas fotos y llamar a alguien que pudiera ayudarlo con su problema (Matt era una opción, o tendría que pagar a una de esa agencias de acompañantes), antes de alcanzar el siguiente heat. Sin embargo, mientras se acomodaba la cama, encontró una cartera de cuero café, abandonada entre las almohadas.

Entonces recordó: Shoko envió a Nanami para llevarle lo que necesitaría y él lo hizo darse una ducha, porque olía a podrido. Después de arrojar la ropa apestosa de su alfa a la lavadora, volvió a la cama, en dónde debió quedarse dormido. No se había olvidado de él a propósito, es que sus periodos de descanso entre oleadas se habían vuelto difíciles de evadir.

Solo le hizo falta concentrarse un poco en la energía maldita del ambiente, para comprobar que él seguía en el departamento, entonces decidió tomar otro camino.

Sugar and Wine [Omegaverse] [NanaGo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora