Capítulo fyra

25 6 24
                                    

—[El precio de una cita]—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


[El precio de una cita]

People come and some people go, and
Some people ride 'til the end
When I am blind in my mind
I swear they be my rescue, my lifeline
I don't know what I'd do if I, if I'd survive
My brothers and my sisters, in my life

Al finalizar las clases, nos dirigimos hacia la cafetería que está casi vacía. Elegimos una mesa junto a la ventana de vidrios coloridos que se reflejan en nuestros cuerpos a través de los rayos solares que la iluminan.

Ingrid se encuentra sentada al lado de Finn, lanzándole papelitos a Björk, quien se halla concentrado en su teléfono.

Sin embargo, mi vista se enfoca en el horizonte mientras me sumerjo en mis pensamientos, omitiendo lo que sucede alrededor.

—¿Por qué no invitas a tu jefa a la fiesta? —inquiere el pelirrojo, chasqueando los dedos frente a mi rostro.

El sorbo de jugo que acabo de ingerir cae sobre las manos de Ingrid. Ella suelta una blasfemia en danés, lanzándole una mirada asesina a Finn, mientras se limpia con brusquedad usando un par de servilletas.

—¡Maldita sea! ¿Por qué no lo haces tú? ¿Te gustaría intentarlo? —refunfuña, convirtiendo el papel en una bolita—. Supongo que el sexo te ha disecado las pocas neuronas que te quedaban. —Sonríe con ironía—. Otro comentario estúpido y ya verás.

Ruedo los ojos, la pelinegra solo amenaza, pero nunca actúa. De hecho, podría afirmar que fastidia por igual a los dos, dejándome a un lado.

—No lo haré —decreto, dándole un mordisco al emparedado—. Además, sé que tampoco me aceptará. Es una completa testaruda, maniática y amargada.

El pelirrojo me observa con extrañeza, sabe que me estoy contradiciendo.

—¿Te gusta? —pregunta con tono vacilante.

Los tres enfocan su atención en mí, anhelando que confiese mis verdaderos sentimientos, pero solo reciben una intimidante mirada. Sí tan solo supieran lo que pienso en estos momentos…

Desearía que el tiempo transcurriera rápido para marcharme al trabajo. Aunque, no son ansias por laborar, sino por disfrutar de su compañía, esa ha sido la medicina que reduce el estrés universitario.

A pesar del temperamento del demonio que posee, ella tiene algo especial que se ha convertido en mi debilidad.

—¡Claro que no! —rechisto, sintiendo mis mejillas arder—. Es linda… aunque no llama mi atención en lo absoluto.

Entre Travesuras Y Páginas (#premiosadam2024) (#pgp2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora