Prologo

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   Abrió lentamente sus ojos, viendo una tenue imagen a lo largo de aquel largo y pálido pasillo. Intento centrar su mirada para distinguir que eran aquellas sombras moviéndose a la lejanía, pero el cansancio le ponía la tarea complicada. Luego de unos segundos similares a una eternidad, la borrosa silueta de su hermana siendo asfixiada le indico la nueva "calidad de vista" en sus ojos. En ese momento, sintió como si el mundo real lo golpeara con fuerza, devolviéndolo a si mismo.

   De repente, escucho la voz, normalmente melodiosa, pero ahora mal herida, de su compañero gritándole algo, aunque hasta que lo logro descifrar tuvo que repetir el llamado.

-¡Vend, agarra la pluma de una vez!- ordeno el de lentes tapándose la herida en su estomago.

   La expresión del chico demostraba el gran desconcierto por el que su mente estaba viviendo. Tardo un poco hasta que algo en su cerebro hizo ¡Click! y logro concentrarse mirando con impotencia la pluma...¿Seria capaz de hacer algo tan simple pero complicado como sostener aquel objeto divino pero simple entre sus manos?

El templo de FatumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora