Analizo el techo como si fuera una maravilla arquitectónica. Miro amablemente a la pequeña araña habitante de este; caminaba tranquila, sin apuro, sin problemas, sin un motivo para estar cansada... "Que ganas de ser ella", pensó Vend por unos segundos. Escucho unos pasos fuera de su cuarto. Cerro los ojos con fuerza y se acomodo mas en su cama; o eso hasta que la voz de su madre lo obligo a salir de la comodidad de sus sabanas.
-Bonder, un chico te busca- anuncio. Que raro, fueron las primeras palabras que pasaron por su mente. El no era una persona muy social, asique le pareció extraña la simple razón de alguien queriendo verlo.
-Ya voy.
Al notar como los pasos se alejaban, salio de su cama y bajo lentamente la escalera. No quería cruzarse con nadie de su familia. No estaba de humor para hacerlo. En realidad nunca lo estaba.
Abrió suavemente la puerta, esperando a, quizás, el señor Anderson diciendo que se olvido algo. O tal vez a algun rival enojado. Como sea, ninguna de esas predicciones era correcta, y se llevo una sorpresa al ver al visitante; una persona con gafas negras, cubre bocas y capucha. No lograba entender quien era, hasta que escucho CIERTA voz, la cual no pensaba escuchar en algún lugar que no sea el bar o un vídeo de Toutube.
-Me arrepentiré por esto mas tarde, pero necesito tu ayuda- declaro la figura.
-¿Timee?¿Como sabes donde vivo? Ademas, ¿No te parece mas adecuado decir "buenas noches" primero?
-Si, si, buenas noches, y lo otro no es importante. Mira, seré breve con esto, yo descubrí- intento explicar antes de ser interrumpido por la madre del castaño.
-¡Bonder!¿No es muy tarde para dejar a tu amigo fuera?¡Dile que pase a comer!- sugirió, pero en realidad mas que sugerencia fue obligación.
-Bueno... Me caerás mal, pero pasa.
-Auch- dijo sarcásticamente el rubio.
-Intenta no resfriarte al ver que las cosas no brillan.
-Ya usaste un insulto parecido, ¿Te estas quedando sin imaginación?
-Sigue funcionando.
Ambos entraron a la vivienda. Sus padres tenían todo decorado como seria tipicamente en Mehai; abandonaron el país, pero el país no los abandono a ellos, solían decir sus padres.
-La casa es... interesante- dijo intentando por primera vez ser amable con el.
-Es una casa y se puede vivir en ella- respondió con indiferencia mientras lo guiaba a la cocina comedor.
Tenia paredes blancas. En la mesa, estaba exhibiéndose un caldo con pequeños fragmentos de carne y verduras hervidas. También habían, de coincidencia, cuatro pequeñas mantas en aquella "enana" mesa, ubicadas para arrodillarse. Vend no disfrutaba de la manera tradicional para sentarse, y a Timee le parecía... Algo extraño, pero no diría nada sobre otra cultura.
En la mayoría de los cuadros pacientemente enmarcados se mostraba la figura de una fémina muy similar al castaño. De igual manera, también había uno que otro de Vend.
-¿No eres el hijo favorito, eh?- bromeo el rubio.
-Nunca lo fui-respondió.
-No los culpo, tampoco serias mi favorito si tuviera hijos.
-Ja ja, que gracioso- dijo este.
-¡Siéntense, la comida esta servida y no queremos que se enfríe!- grito el padre.
La mirada de Timee fija sobre el le hizo rodar los ojos, indicándole que se arrodillara al lado suyo en la mesa para poder comer. En poco tiempo, sus progenitores se sentaron también.
-¿Como te llamas niño?-pregunto el padre de la familia.
-Diganme Timee, por favor.
-Y cuéntanos, Timee... ¿Como conociste a Bonder?- luego de esa frase, el rostro del cantante expresaba su confusión. No solía escuchar a el luchador ser llamado por su nombre; la costumbre de el titulo "Vend" lo aniquilo en esa pregunta. Cuando logro entender a que se referían, respondió rápidamente.
-Somos compañeros de trabajo.
-¿Y hace cuanto lo conoces?
-Hace como dos años.
-Que raro, el nunca nos había hablado de ti- dijo su padre. Bueno, no lo culpo, quien le diría a sus padres "un rubio de clase alta que se me hace insoportable me dijo algo grosero pero le respondí y se fue enojado y por lo tanto gane la discusión".
-Tampoco es que seamos muy cercanos- aclaro el rubio.
-No hacia falta aclararlo, Timee.-regaño con cierto fastidio.
Por alguna razón, la situación se le hacia similar a cuando, en sus 15 años, el presento a su anterior novia, Shelley. El mismo interrogatorio se le había sido impuesto...¿Acaso sus padres pensarían que...? No, nunca, pensó Vend, riéndose de su propio pensamiento.
Y asi paso el tiempo. Preguntas, respuestas, reproches y ligeros golpes de codo por debajo de la mesa para indicarle que guarde silencio.
-Bueno, ya es tarde, un gusto cenar con ustedes, pero le tengo que decir algo a Ve...- se atraganto con sus palabras y corrigió- Bonder, y me iré.
-¿Donde vives? Si quieres te puedo llevar- ofreció el mehainiano.
-Muchas gracias, pero me conformo con llamar un pax- rechazo formalmente este.
-Bueno, mientras esperas pueden hablar tranquilos.
Cuando este termino de llamar al vehículo, lo jalo velozmente hasta el segundo piso. Su rostro serio generaba una tensión algo incomoda para el pálido. O eso, hasta que la incomodidad fue reemplazada con sorpresa.
-Vend, nuestras hermanas están vivas.
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El templo de Fatum
FantasyHace muchos años, una diosa se fue de la tierra, dejando atrás a su artefacto mágico mas poderoso: Fatum, una pluma con la cual su portador podía alterar el destino a su deseo. Siglos después, el futuro de unos jóvenes se ve entrelazado en su búsqu...