Capitulo 7

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-Muy bien, no me dejaste plantado- celebro irónicamente el rubio.

-No te emociones, pensé hacerlo- respondió el mehainiano.

   La reacción de Timee no fue nada mas que un resoplido. Ambos se miraron durante unos segundos, generando un ambiente algo incomodo. Analizando un poco como estaba vestido y preparado el rubio, se dio cuenta de que su preparación era mas higiénica que la suya. Sus ojos, buscando evadir el tema, se centraron en el rostro del contrario, notando las pequeñas marcas rojas en sus mejillas; era consiente de ese aspecto en los hibbers, una especie originada por una pequeña cruza de la raza humana con la magia. Cualquier persona con suficiente sangre Hibber podría volver algún aspecto de si mismo letal.

-Oye... ¿Tu eres un Hibber, verdad?- cuestiono, intentando dos cosas; no sonar muy interesado ni sonar agresivo.

-Si.

-¿A que le metiste tu magia, o no se que?

-Esa no es la pregunta, la pregunta es porque te interesa- respondió, intentando lo opuesto que su compañero hace un rato.

-Curiosidad, Timothee, se llama curiosidad. Quería saber si por alguna razón no morirías y me ahorraría tener que salvarte en una situación de riesgo. No te emociones.

-¿Acaso viniste para que no muriera? Lindo de tu parte- bromeo Timee; en esa frase, estaba mas que clara la burlesca intensión, pero de igual manera, el castaño logro sentir como sus mejillas se calentaban de la vergüenza. Agradeció internamente la presencia de su cubre bocas.

-Quisieras, esto es por mi hermana, si tu discurso es real.

-El plan tiene lógica.

-Aideleen lleva casi trece años desaparecida.

-Mira, esto no te lo dije el jueves porque sonaría raro, pero... ¿Tu sabias sobre el cadáver encontrado en el ultimo lugar en que tu hermana fue vista, no?

-Si, lo recuerdo- comento, frunciendo el ceño al sentir como el recorte del periódico dentro del cajón de su madre lo golpeaba.

-Bueno, este cuerpo fue identificado como Connor Adams, un chico que asistía con ella a la escuela.

-Ya lo se, era mi cuñado- respondió con molesta- ¿A donde quieres llegar con esto?

-Ugh... Bueno, su cuerpo desapareció de la morgue un día antes de la autopsia.

-¿Y? Con suficiente dinero y contactos, cualquiera logra eso.

-Si, pero no todos los días el muerto se levanta como si nada, siendo visto por las cámaras, abandonando la instalación en el proceso. Menos luego de estar sin pulso durante una semana.

...

   Despertó rápidamente, golpeándose la cabeza con el pequeño techo. "Por favor, que no me haya encontrado", fueron las primeras palabras en la mente del chico. Observando las paredes, y el pequeño trapo mojado en su frente, sintió un gran alivio; no estaba en ese templo, muerto de nuevo. Admirando sus alrededores, reconoció una especie de choza. Toco su ojo izquierdo, rezando porque el parche continuara en su lugar; lo hacia. Sonrió.

-¡Chicos, creo que despertó!- exclamo desde el exterior una fémina.

-Tu lo quisiste ayudar, ahora ve- respondió otra chica.

    Vio como, por la entrada, la silueta de una castaña se mostraba. Esta examino lentamente el estado del chico, cosa la cual lo incomodo un poco.

-Buenos días... Soy Aid,  ¿Te encuentras bien?- pregunto esta con tono dulce- Perdón por traerte aquí sin consentimiento, estabas muy malherido- al no recibir una respuesta, la de ojos rasgados continuo- tenias una herida en el pecho, pero ya estas mejor, ¿Recuerdas algo?

-Yo... Yo... ¿En que año estamos?-pregunto casi en un susurro, desconcertando un poco a la curandera.

-2013... ¿Por?- cuestiono.

-No...No... Por favor dime que no- pidió con cierto temor.

-Umh... Lo lamento, no puedo ayudarte en eso- comento con algo de confusión- ¿Sabes como te lastimaste? ¿Puedes pararte?

   El varón solo comenzó a levantarse. "Que extraño", se dijo a si mismo la mehainiana.

-Una pregunta...¿Por que usas un parche?

   Este sintió un escalofrió recorrer su espalda. Los fríos recuerdos golpearon su mente. Inconscientemente, paso su mano sobre aquella "insignia" del sufrimiento ocurrido en tan solo una noche. Acaricio la tela, imaginándose que, aun, un ojo verde esmeralda reposaba en su lugar. Pensó en sus siguientes palabras... ¿Que le diría a aquella inocente "adolescente" , según el? ¿Le contaría el simple pero extraño echo de su edad? ¿Le contaría sobre la noche en la que su vida y cuerpo fueron arruinados? No, era algo imposible de creer para alguien; sin contar los pequeños detalles que, posiblemente, generarían miedo sobre el en la chica y sus posibles acompañantes.

-¿Siquiera recuerdas tu nombre?

   Lo pensó. Nunca le había gustado su nombre; ademas, sonaba muy antiguo. Intento mirar dentro de sus recuerdos, hasta que escucho la joven voz de alguien en su cabeza.

   Las fuertes pisadas de la castaña sobre el suelo le daban una pequeña sensación de cariño. Mientras corrían escucho a su dulce voz casi cantar el diminuto tan cariñoso que ella tenia el permiso de decir.

-¡Lessieee! ¡Apuesto a que no me atrapas!

-¡Yo apuesto a que si!- respondió entre risas el ojiverde, corriendo en dirección a la chica.

    Al ser notoriamente mas rápido que ella, la atrapo, cayendo ambos sobre el campo. Sus antiguas prendas se cayeron al piso, mientras ambos se abrazaban. Las risas no tardaron en llegar.

-Oye... Dime que cuando el ritual se haga no se te subirá la fama a la cabeza y me abandonaras- bromeo, mirando el pequeño pueblo desde lejos. Al ver la mezcla de preocupación y vergüenza en el infantil rostro de su compañero, la fémina solo rio.

-¡Por supuesto Lessie! ¡NUNCA te abandonaría!


   Nunca te abandonaría... Ni yo a ti, aunque quiera hacerlo, pensó este. Suspiro, mirando a Aid de vuelta y respondiendo.

-Lessie... Llamame Lessie...


El templo de FatumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora