Lloraba. Eso era lo único que podía hacer en ese momento. Habia reprobado la carrera de robotica, tenia 21 años y seguía viviendo con sus padres..¿Que mas le faltaba?
Se vio en la obligación de contar a sus padres la "gloriosa" noticia, y por eso una gran discusión se había desencadenado. Si ella estuviera aquí, eso no pasaría, pensó por unos segundos. Por Amenay, Bonder, otra vez vuelves a ella, pensó. Su hermana estaba ahí, en cada momento, en cada día, en cada discusión... Su mente divagaba en ella todo el tiempo.
-Si ella estuviera aquí no estarían discutiendo.
Una notificación en su teléfono lo devolvió al griterío fuera de su cuarto. Lo reviso: era un recordatorio de su maestro para ir a entrenar hoy. Un leve farfullo de aire abandono su boca...¿Debería ir? Después de todo, aun le faltaban unas cuantas mejoras a sus vendas para la lucha de mañana...
-Te despejara la mente, lo hará, lo hará- repitió buscando consuelo en su propia voz el castaño.
Tomo la bolsa en la que guardaba todo su equipo, y, abriéndola lo mas silenciosamente posible, dejo la residencia, asegurándose de cerrar la ventana luego de su salida.
...
-Estas distraído- declaro el hombre.
-¿Que?
-Me escuchaste, tu mente no esta aquí ¿Que te sucede?- cuestiono desde el puesto mas sincero posible el señor Anderson, un ex luchador que lo había acogido como discípulo luego de verlo pelear con unos niños en su barrio.
-Yo.. Solo... Pienso en la competencia- respondió algo nervioso el castaño.
-¿El torneo ese? ¿Como piensas ganar si no entrenas bien, niño?- cuestiono el de mayor edad.
-No lo se- respondió con la voz algo tartamudeante.
-Bueno, entiendo que sea una buena paga y todo, pero debes intentar despejar tu mente, ¿Sabes que no estaré aquí para siempre, verdad?
-Lo se, señor Anderson.
Luego de esa frase, simplemente continuaron entrenando. Miro con cuidado sus propios brazos; estaban repletos de cicatrices por las numerosas peleas, fácilmente evitables, en las que se ha metido. Movió su cabeza para luego continuar golpeando aquel saco como si fuera la causa de todos sus problemas.
...
-Asi que, ¿Estas cien por ciento segura de que eso nos devolverá nuestra humanidad?- cuestiono una voz femenina con algo de desconcierto.
-Completamente segura- respondió otra fémina con la voz un poco mas aguda.
-Perfecto, entonces vayamos a por esa pluma.
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El templo de Fatum
FantasyHace muchos años, una diosa se fue de la tierra, dejando atrás a su artefacto mágico mas poderoso: Fatum, una pluma con la cual su portador podía alterar el destino a su deseo. Siglos después, el futuro de unos jóvenes se ve entrelazado en su búsqu...