Mar Falco, Valenciana, pintora y apunto de casarse con su novio de hace tres años.
Todo iba bien, después de tanto sufrir, una relación estable y enamorada.
¿Enamorada?.
Es la pregunta que se hará la morena después de pasar una noche con Pedri.
Una...
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Omnisciente
Cuatro con quince de la madrugada.
Mar se encuentra en la misma posición desde que su prometido, bueno ex promedio salio de su departamento.
Con un dolor inmenso no solo el físico si no también emocional.
La morena no podía creer lo acaba de pasar hace un momento, hace cuarenta y cinco minutos para ser exactos.
Las lágrimas caen por sus mejillas unas tras otras, sus manos están alrededor de abdomen tratando de aminorar el dolor que siente esa zona gracias a los golpes que dejó el hombre que ella llegó a considera el amor de su vida.
La valenciana se quejo de dolor justo cuando sollozo y tomo mucho aire, ya que sus costillas lastimadas dolieron.
Llorar y llorar es lo único que la joven hace tampoco es que pueda hacer mucho más.
Unas de las personas importantes en su vida en la cual lo llegó amar como una loca, le acaba de dar un paliza.
Por su mente pasaba muchas cosas pero principal una.
¿Es mi culpa?,¿realmente esto es mi culpa?.
La morena se pregunta una y otra y otra vez, tratando de entender el ¿por qué, esto le pasa a ella?.
¿Tal vez será el karma por haberlo engañado?.
O ¿tal vez, Diego es un monstruo, y ella nunca se dio de cuenta?.
El amor mucha veces ciega, tal vez eso fue lo que pasa con ella.
¿Pero si ya no había amor?.
Es donde te das de cuenta que hay personas que saben ocultar muy bien su lado oscuro y Diego Hidalgo es una de ellas.
Todo cobra sentido para la pintora.
Los comentarios tóxicos empiezan a hacerse presente.
" Eres mía Mar, nadie que no sea yo puede tocarte ".
"Hasta que la muerte nos separe, cariño”.
Eso y muchos más hubieron a lo largos de los años.
