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Kaely

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Kaely.


Son las 5 de la mañana y tengo los ojos hinchados, no recuerdo cuando fue la última vez que llore así. Las horas que dormí fueron insuficientes para mí pero heme aquí al borde de un colapso y de pie para ir a la universidad.

Cómo puedo llegó hasta la ducha, abro la llave de la regadera con todo y ropa me centro a empaparme de el agua fría que corre por todo mi cuerpo. Quiero seguir llorando pero ya no me salen lágrimas, lo único que queda es el dolor en el pecho y mis manos temblorosas.

- ¿Porque a mí me tienen que pasar estás cosas?
- ¿Porque?

De repente recuerdo que en mi cajonera de la cómoda tengo un cúter. Salgo de la ducha empapada y no me importa mojar todo a mi alrededor busco y busco pero no hay señales de ello. Reviso cajonera tras cajonera hasta que recuerdo que lo escondí bajo el colchón.

Levanto y lo busco encontrándolo, entro de nuevo en la ducha. Me pasó el filo por las piernas cortando profundo. Veo la sangre brotar y recuerdo la sangre en mis puños cuando lo golpee, inundando me de irá paso el filo por mis brazos cortando como loca de la altura del codo hasta las muñecas.

Veo la sangre correr y comienzo a reírme como loca. No mido la noción del tiempo hasta que por fin me decido limpiar las heridas, salgo enrollada de mi bata para buscar una sudadera y un pantalón ancho.

Busco en la primera cajonera vendas de las que uso para envolverme las manos cuando voy a practicar boxeo y artes marciales mixtas. Y con ellas envuelvo mis brazos apretando los y fijandolos bien. Salgo de mi habitación ya con mi mochila en el hombro, bajo a la cocina y veo que Loulan sigue dormida en el sillón de la sala.

Cómo no quiero que se me vea las ojeras voy por hielo y una toalla para frotarmelos en los ojos. Sin darme cuenta Loulan despertó y está mirándome con tristeza aparentemente pero sin expresión alguna. Sin hablar ella entiende mi mirada, suspira cansada y de la nada viene a abrazarme.

<<Hipócrita>>.

Yo no le correspondo pero tampoco la alejo, ella toma su tiempo y cuando me suelta va por su bolso, abre la puerta y desaparece. Sabe que necesito mi espacio y mi tiempo para querer hablar, ella lo sabe mejor que nadie.

Ya cuando busco mi celular veo que son las 6:30 de la mañana y ya se me estaba haciendo tarde para irme. Me eh de ver terrible pero la verdad no me importa, solo intentaré estar presente en clases y ya.

Pido un taxi y a los 10 minutos llega, abordo doy la dirección de la escuela y en el transcurso voy en silencio mirando por la ventana. De vez en cuando veo al frente topandome con la mirada del conductor atraves del retrovisor.

Una chica problemática Donde viven las historias. Descúbrelo ahora