2- Hermosa.

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Luzma y Clarisa hablan sobre los cambios que le harán a la casa, intentan involucrarme, pero solo digo dos palabras y me callo. Por fin salí de esa habitación, necesito demostrarles que estoy bien, si quiero hacerle creer a Romane que no la quiero, tengo que empezar por la gente que me rodea. Fingir que estoy bien, aunque por dentro me duela.

—Yo voy —Luzma se levanta para abrir la puerta.

Enderezo mi espalda, fingiendo que estoy prepara de enfrentar a Romane de nuevo.

—Romina —mi estomago se contrae provocándome nauseas, haciéndome saber que esto será muy difícil. —Te buscan.

Miro sobre mi hombro y me encuentro con la persona que menos esperaba.

—Don Franco —me pongo de pie.

—Nosotras vamos a la tienda —dice Clarisa sacando a Luzma de la casa.

—Hola, Niña. —se acerca a mí y me abraza.

Por un momento no se cómo reaccionar, pero al final le regreso el abrazo. Cuando nos soltamos le doy la espalda para limpiar mis lágrimas.

—¿Que hace aquí? —vuelvo a mirarlo.

—Mi hija dijo que ibas a renunciar.

—Que rápido le informo, apenas le conté hoy.

—Ella me conto para que te convenciera de que no lo hagas.

—¿Y por eso está aquí?

—No, bueno, no precisamente. Romina, no voy a pedirte que me cuentes lo que tenías con mi hija, pero sé que ella está sufriendo y tú también.

—Don Franco yo

—No, no. No quiero que me expliques, sea lo que sea Romane tuvo la culpa, he visto muchas mujeres pasar por lo mismo, solo que esta vez ella se enamoró.

—No creo que se haya enamorado.

—No voy a convencerte de lo contrario, sino más bien hacer un trato contigo.

—¿Un trato?

—Si, abra cambios en la empresa, se está ampliando y necesitaremos un subdirector.

—¿Pretende que sea la asistente del subdirector?

—No, quiero que seas la subdirectora.

—¿Que?

—Si, después de mi hija en quien más confió para llevar la empresa es en ti.

—Yo no quiero seguir en la empresa. Estoy muy agradecida con usted, pero es momento de que me vaya.

—Si es por estar cerca de mi hija, no te preocupes, tu despacho será en otra planta, tú te encargaras de proyectos diferentes que ella, por lo que las mantendrá separadas.

—No quiero, perdón, pero no puedo, necesito terminar esto de raíz.

—¿Y crees que alejándote lo vas a lograr? Romina, no se mucho de su relación, pero sí de la vida, he vivido más que tú, no lo olvides. Huir no es la solución.

—Justo ahora lo es.

—Piénsalo con claridad, piensa en ti y en las oportunidades que vas abrirte, no deseches tu futuro por un amor fallido. Yo puedo recomendarte a otras empresas, pero sabes que para un puesto como el que te estoy ofreciendo te tomara más años. Ellos no te conocen, no saben lo capaz que eres, yo sí.

—Aunque aceptara, para ese cargo necesitaría ayuda y no quiero que ella me ayude.

—No te ayudará ella, tengo la persona indicada para ti. Alguien que conoce esa área muy bien.

ROMANE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora