___ROMANE
Salgo de bañarme, directo a mirar mi celular, pero no tengo respuesta de Romina. Estoy ansiosa y preocupada. Comienzo a vestirme, me pongo solo una camisa sin nada que cubra mis pechos más que la tela blanca, termino de vestirme y vuelvo a mirar el celular.
—Deja de mirar el celular. —Santino se recargar en el marco de la puerta de su habitación.
—Debería buscarla.
—Dale su espacio y ven ayudarme con el menú. —insiste.
Lo sigo hasta la sala.
—Esto es una tortura —me dejo caer en el sofá, mirando hacia el techo blanco.
—Por qué no me ayudas y te distraes un poco.
—Si te ayudo, incendiare la cocina.
Deja lo que está haciendo, escucho el tintineo de las copas y después aparece frente a mi entregándome una copa de vino.
—No debiste golpear a Luciano.
—Me disculpe, carajo.
—Sabes que no fue sincero.
—Qué más da, al final fue una disculpa.
—Ese es el problema, que crees que todo es tan fácil, cuando las cosas las debes hacer sincera, eso es lo que vale para Romina.
—Las cosas se arreglan hablando, ella se está alejando.
—No se está alejando, solo te pidió tiempo, no es como si te estuviera terminando.
—Y que si en este tiempo lejos de mí, se da cuenta que esta mejor, que su vida es más llevadera y tranquila sin mí.
—Eres una exagerada, nunca fuiste así, ni si quiera con Natalia y eso que te vi quererla de una manera intensa.
—Lo que sentí por Natalia, no es ni la cuarta parte de lo que siento por Romina.
—Entonces debes comenzar hacer las cosas bien.
—¿Comenzar? se supone que eso vengo haciendo.
—¿Y lo estas logrando? —me pregunta mientras me cuestiona con la mirada.
—El sensato eres tú, deberías aconsejarme.
—¿Y que he estado haciendo?
—Lo haces muy mal.
Él se ríe de mí.
—Eres tú que aun sigues poniendo tu orgullo primero.
—Me he disculpado, para nada he priorizado mi orgullo.
—Entonces, piensa antes de actuar. —Su celular suena recibiendo un mensaje, se pone de pie. —Necesito hacer un asunto.
—Me voy —dejo la copa sobre la mesa y me pongo de pie.
—No, tu vienes conmigo.
—Esta vez paso, necesito buscar a Romina.
—Solo acompáñame, no voy a tardarme y después buscas a Romina, así la dejas descansar un poco más.
No quiero, quiero salir corriendo y buscar a mi mujer, pero él tiene razón, debo pensar antes de actuar.
—Tienes media hora —le digo.
—Vamos.
Santino me cuenta las nuevas ideas que tiene para el restaurante, yo lo escucho y solo asiento mientras miro por la ventana.
—¿Porque sales de la ciudad?
—Porque lo que tengo que hacer es a la orilla de la ciudad.
—¿Y porque no me lo dijiste?
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ROMANE 2
RomansaRomina se aleja de Romane al saber sobre su pasado. Romane intenta cumplir su promesa de ir tras ella y recuperarla.